Los residuos agrícolas se han convertido en un problema que sobrepasa la capacidad de acción de las plantas de tratamiento existentes. Ante esta situación, la Junta de Andalucía está elaborando un plan de acción para la mejora de la gestión de los residuos agrícolas y ha solicitado fondos europeos Feader para la construcción de nuevas plantas de tratamiento.
El delegado de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, José Manuel Ortiz, ha recordado que desde la aprobación de la Directiva Marco europea de 2008 y sus normas de transposición a la legislación nacional, los restos generados por la actividad agrícola son considerados residuos no municipales, y como en el caso de cualquier otro tipo de residuo no municipal, “el productor es el responsable de establecer los medios adecuados para su gestión, y por tanto, la Junta de Andalucía no tiene competencias en la gestión de residuos agrícolas con carácter general, ni de residuos plásticos agrícolas en particular”.
En el caso de los residuos plásticos agrícolas, Andalucía fue pionera en la regulación de su tratamiento, en el año 2000, y hoy por hoy es la única región europea que establece la responsabilidad ampliada del fabricante o del importador. Desde un principio, la Administración andaluza ha encaminado sus actuaciones hacia el principio de que “quien contamina paga”, con el fin de comprometer a los productores en este objetivo, objetivo que dio lugar a la constitución de la Asociación Cicloplast Agricultura (Cicloagro) como sistema de gestión de plásticos.
En el caso de la comarca de Poniente de Almería, el delegado ha informado de que la asociación Cicloagro inició su actividad en mayo de 2013, con un servicio de recogida integral del plástico, y que el próximo 31 de marzo de 2014 hará su primer balance de gestión.
En el caso de los residuos vegetales, José Manuel Ortiz ha reconocido que actualmente no existen suficientes instalaciones de tratamiento para la gestión de todos los restos que genera la horticultura de la provincia, y que hoy por hoy tampoco hay iniciativa privada que apueste por ello. Por este motivo, según él, mientras se dispone de las instalaciones necesarias “es fundamental que colaboren ayuntamientos, consorcios y mancomunidades para conseguir un tratamiento adecuado de estos residuos”, soluciones que “deben ser “reales, técnicamente viables, económicamente eficientes y ambientalmente correctas para aprovechar la biomasa generada a partir de los residuos de los cultivos y poner de manifiesto las ventajas de una gestión sostenible de dichos residuos para el sector y la propia imagen de la provincia”, según precisó la consejera en su intervención parlamentaria.