El joven se queda tres días con el diablo para enseñarle cómo se toca, pero cuando por fin regresa a casa comprueba que nadie lo reconoce y todos le huyen y es que los tres días en realidad han sido tres años.
Triste, el soldado se retira y amasa una gran fortuna gracias a los poderes del libro; pero el dinero no le hace feliz. Entonces, el soldado llega a una ciudad nueva donde escucha que el rey tiene una hija enferma y se propone sanarla para casarse con ella, pero para ello necesita su violín.
En ese momento se encuentra con el diablo al que reta a una partida de cartas. En la emoción de la victoria del diablo, el soldado aprovecha para hacerse con el violín y salvar a la princesa, casándose después con ella. Sin embargo, el soldado no puede salir del reino o el diablo se lo llevará al infierno.
Por eso cuando viaja a su pueblo en busca de su madre, convencido por su mujer, el diablo lo encuentra y se lo lleva al infierno. Y es que como se explica al final de esta historia: “No se puede tener todo: el sol y la luna”.
Con esta puesta en escena, en la que La Duda Teatro presentaba su nuevo espectáculo consiguió levantar al público de sus asientos a la finalización del espectáculo. Y es que desde el inicio la música se entrelaza de manera magistral con la escenografía, haciéndose una, mientras que los increíbles matices aplicados a la narración por Julio Béjar ha enganchado a los asistentes. El juego de luces, de tonos cálidos, también ha jugado un gran papel en este magnífico espectáculo.