Dejando de lado su arrogancia y descortesía y valorando positivamente su gestión para conseguir semejante acuerdo, le faltó un detalle que pone de manifiesto su maniqueísmo: se olvidó de incluir en el acuerdo la recuperación de la antigua estación de RENFE para los ciudadanos de Almería.
En apariencia, es cierto que el proyecto de urbanización de la zonas cedidas por ADIF pueden resultar beneficiosas para la ciudad, se romperá en esa zona el “muro de la vergüenza” de la vía férrea, se crearán magnificas zonas verdes y al lado, gracias a su gestión, veremos como el edificio de la estación se desmorona y envejece poco a poco, sin que los ciudadanos podamos hacer nada, hasta que alguien abra en Facebook “Salvemos la Estación de Renfe”.
Quizás el Sr. Venzal no debería haber llamado a D. Rafael Esteban ignorante, cuando mostraba su inquietud acerca del acuerdo logrado con ADIF, sino más bien “vidente”, porque se hace evidente que detrás del acuerdo solo había un interés económico (de quienes sean, no es cuestión de entrar en valoraciones) y nada más que económico.
Con un poco de esfuerzo y altura de miras hacia quienes le pagan el sueldo, el Sr. Venzal podría haber conseguido que la estación de Renfe pasara a manos de los ciudadanos de Almería e integrar la misma en ese proyecto urbanístico para su uso y disfrute.
De lo visto parece ser que el ocio, la cultura y el orgullo de tener una ciudad bonita sólo es posible si existe un interés económico/urbanístico y si no, no importa que un edificio singular proyectado hace 122 años se caiga abajo, igual que el Cortijo del Fraile, más antiguo y emblemático si cabe que la estación y por el que ninguna administración mueve un euro.
Los almerienses no necesitamos terremotos, nos basta con el desinterés de nuestros políticos para que se perfile paulatinamente y de forma sistemática una Almería en ruinas.