Las consecuencias del coronavirus han sido analizadas desde los más diversos puntos de vista y aplicadas a las más variadas facetas de la vida, pero se trata de una labor que tendrá todavía un largo recorrido. Desde el CEMyRI de la UAL se ha realizado una aportación novedosa más a la suma de esas repercusiones, en concreto arrojando luz sobre la incidencia que es achacable a la COVID-19 en el día a día de un colectivo marginal, como es el de las mujeres en situación de prostitución en la provincia de Almería.
El trabajo de investigación de campo, que cuenta directamente las experiencias en primera persona, se titula ‘Business can’t stop. Women engaged in prostitution during the COVID-19 pandemic in southern Spain: A qualitative study’. Tiene como autores a Cora Recio y Fernando Jesús Plaza, investigadores del Centro de Estudios de las Migraciones y las Relaciones Interculturales de la Universidad de Almería, la primera trabajadora social y el segundo enfermero y profesor ayudante doctor en el Departamento de Enfermería, Fisioterapia y Medicina de la UAL.
Ha sido publicado en Women’s Studies International Forum, Volume 86, May–June 2021 y su indicador digital para que se pueda realizar una lectura completa es https://doi.org/10.1016/j.wsif.2021.102477. Se trata de una revista de alto impacto en el Área de la Mujer que ha acogido este estudio fenomenológico con una gran aceptación en el colectivo científico internacional. No en vano, ve cumplido el objetivo a corto plazo de que la sociedad en general pueda conocer qué está pasando con este sector de población y que sea consciente de “una realidad oculta a la que no se le da visibilidad”. Sus autores consideran que, “dado que lo que no se nombra, no existe, es importante describir en voz alta, en este caso por escrito y con las propias palabras de las mujeres, qué están viviendo en su día a día y cómo lo están haciendo”.
Así, se profundizó en su experiencia durante el Estado de Alarma por la COVID-19, en el confinamiento de la primera ola, y se abordó su experiencia mediante once entrevistas telefónicas a otras tantas mujeres en situación de prostitución. Siete de ellas son colombianas, dos brasileñas y dos rumanas, aportándose sus lugares de origen como un dato más a tener en cuenta, y se constató que el confinamiento ha aumentado su vulnerabilidad. “El negocio no se ha paralizado y se sigue ejerciendo con el temor de estas mujeres al contagio y un aumento del maltrato de los clientes’”, han puntualizado los autores del estudio. En el fondo subyacen los motivos que esta investigación saca a la luz una vez más, pero en esta ocasión con un sostén científico: “La necesidad económica y las presiones de las organizaciones que las explotan son los principales motivos para prostituirse durante la pandemia”.
Tras la experiencia profesional de Cora Recio, cuyo desempeño es como trabajadora social en la atención a mujeres en situación de prostitución y/o víctimas de trata con fines de explotación sexual, se planteó llevar a cabo un doctorado sobre la problemática de esta trata en la provincia de Almería. En ese momento llegó el virus a España y a todo el planeta, por lo que la hipótesis que se planteó fue que la situación de violencia y exclusión a la que están sometidas estas mujeres habría empeorado en aquella primera ola de la pandemia, ya que además comenzó el Estado de Alarma y se llevó a cabo el confinamiento durante varios meses. De esa manera, se quiso, a través de una investigación cualitativa, darles voz a esas mujeres, contando en primera persona qué era lo que estaban viviendo y cómo se desarrollaba. El estudio está sostenido en una amplia literatura sobre la prostitución en general y con especial atención a la COVID-19, aportando la frescura de testimonios reales de una realidad que es preciso que se conozca.