Pero también dejó claro algo que se viene observando desde hace tiempo: la Joven Orquesta, dirigida por Michael Thomas, progresa a pasos agigantados y no sólo se puede afirmar con certeza que destacará en Eurochestries, sino que su puesta en escena, ejecución y maestría, le acerca a cualquier banda profesional.
Abrieron el evento los aspirantes a formar parte de dicha orquesta, interpretando piezas de diversas autores como S. Nelson, Haydn o S. Joplin. Sin duda alguna, los referidos aspirantes demostraron in situ a Michael Thomas, que están sobradamente preparados. Clara García, directora de todos ellos, se puede sentir orgullosa de su labor.
Concluida la presentación, se abrió el telón principal para que la OJAL comenzase a afinar sus cuerdas antes de interpretar la primera pieza de la noche, nada menos que la Sinfonía nº 9 (el Nuevo Mundo) de A. Dvorak. En el programa se anunció la representación de dos movimientos, pero justo antes del comenzó el director Michael Thomas se dirigió al público asistente para comunicar que serían cuatro movimientos a ejecutar, o sea, la obra completa, y que además sería la primera vez lo que hacían en Almería. En la segunda parte sonaron Pompa y Circunstancia de E. Elgar, así como El Relicario, del almeriense universal José Padilla. Las dos últimas piezas de la noche, de Manuel de Falla, correspondientes a su obra El Amor Brujo, contaron con la colaboración de dos alumnas de la Academia de Danza Adagio. Con dirección y coreografía de su directora, Rosa María Rubio, la prometedora bailarina Ángela Hernández acompañó a la orquesta mientras ésta representaba, Pantomima, mientras que Natalia Gual elevaba la danza española estilizada a un nivel supremo durante la última demostración de la OJAL, al interpretar La Danza Ritual del Fuego. Después de casi dos horas de espectáculo, todos los artistas fueron premiados por un fuerte y prolongado aplauso del público asistente.