Un reciente estudio realizado sobre las características de la cal de los hornos de Morón de la Frontera, en Sevilla, considerados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, confirma que esta cal tiene mayor estabilidad y duración que ha permitido que edificaciones de la Edad Antigua y la Edad Media sigan intactas en la actualidad.
El estudio ha sido realizado por investigadores del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), la Universidad de Granada y la de Jaén, y concluye que además de la mayor duración, este proceso de elaboración de la cal es mucho más respetuoso con el medio ambiente. Así lo explican en el artículo publicado en la revista Construction and Building Materials con el título ‘Thermal decomposition of the CaO in traditional lime kilns. Applications in cultural heritage conservation’.
Los hornos de cal tradicionales son construcciones verticales en las que se superponen piedras calizas dejando un hueco en el centro para la colocación de la leña. Por un lado, estos hornos utilizan como fuente de calor restos de poda de olivo y de pino, sin otro tipo de energía procedente del petróleo como es el caso de los industriales. Además, al ser una cocción lenta y de baja temperatura, emiten una concentración menor de dióxido de carbono a la atmósfera y se consigue un producto más poroso, más duradero y estable y, por tanto, de mayor calidad.
Las conclusiones finales del estudio establecen los beneficios del producto protegido por Patrimonio, tras el análisis de la composición química, la estructura y las propiedades físicas de dos tipos de caliza de las canteras de la zona y del producto obtenido con ellas de manera tradicional o con los nuevos sistemas industriales. “Aunque podamos pensar que se trata de un material anticuado y rudimentario, hemos puesto en evidencia sus ventajas detallando sus cualidades frente al uso de aglomerantes y pinturas sintéticas industriales” indica a la Fundación Descubre la investigadora del IAPH, Esther Ontiveros, autora del artículo.
Un producto milenario de actualidad
El uso de la cal es frecuente en la producción de pinturas y mortero, además de otras aplicaciones. El color blanco de los pueblos de Andalucía se debe a la tradición de pintar las fachadas con cal, que hunde sus orígenes en época romana. La razón de su uso es que este material supone un excelente aislante térmico natural, no sólo por la reflexión de la luz, sino porque es un material poroso que permite la absorción y retención del dióxido de carbono de la atmósfera, creando una pantalla impermeable a gases y humedad.
El color blanco de los pueblos de Andalucía se debe a la tradición de pintar las fachadas con cal, que hunde sus orígenes en época romana.
Actualmente, se prefiere el producto tradicional frente a los sintéticos en restauración y en la edificación sostenible, ya que es compatible con todo tipo de materiales, no es agresivo y además, al ser más poroso, admite las dilataciones provocadas por los cambios de temperatura.El color blanco de los pueblos de Andalucía se debe a la tradición de pintar las fachadas con cal, que hunde sus orígenes en época romana.
Los hornos tradicionales son construcciones verticales en las que se superponen piedras calizas extraídas de canteras en la misma zona de Morón dejando un hueco en el centro para la colocación de la leña. Ésta va quemando a temperatura baja y muy lentamente, lo que hace que la piedra vaya calcinando en unas condiciones idóneas para que se creen microporos y una estructura cristalina concreta que permite un acceso más rápido del agua al interior del material. En consecuencia, la reacción de apagado de cal es menos exotérmica es decir, libera menos calor. En este proceso de calcinación tiene también un papel importante la textura y composición de la caliza.
Estos materiales se analizaron desde el punto de vista mineralógico mediante una técnica llamada difracción de rayos X, complementada con la caracterización petrográfica de las calizas, para poner de manifiesto las cualidades texturales de las rocas carbonatadas. Además, han utilizado la fluorescencia de rayos X, para determinar su composición química.
A través de técnicas de análisis de alta resolución obtienen datos exactos sobre la composición, microtextura y las fases cristalinas por las que pasa la cal. También detallan el tamaño de las partículas, área superficial y distribución del tamaño de los poros a nivel nanométrico a través de otras técnicas de medición, como la llamada granulometría láser o el método de adsorción de Nitrógeno (N2).Antigua cantera de Morón, actualmente protegida. En la actualidad, las calizas se extraen de otros afloramientos de la zona.
Los trabajos han sido financiados con fondos propios del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, con apoyo del Departamento de Mineralogía de la Universidad de Granada y Física Aplicada de la Universidad de Jaén, incluyéndose en las investigaciones que desarrollan orientadas al diseño de productos a base de cal para su uso en la restauración del Patrimonio Histórico Andaluz.