La Estación Experimental Las Palmerillas, la agricultora y ganadera ecológica Santiaga Sánchez y Onda Cero recibirán los premios Duna 2019, que en su versión negativa ‘castigan’ a quienes permiten que los plásticos invadan el campo y el mar.
El Grupo Ecologista Mediterráneo ha dado a conocer los ganadores de los premios Duna 2019 y los merecedores del Carbón. El colectivo almeriense ha reconocido la labor en pro de una agricultura más sostenible realizada por parte de la estación experimental perteneciente a Cajamar y la de Santiaga Sánchez, toda una referencia en la agricultura ecológica en la comarca almeriense de Los Vélez. Además, el tercer galardón ha sido para Onda Cero en Almería, por su concurso de fotografía de la naturaleza.
33 años de Premios Duna
Han pasado 33 años desde que el Grupo Ecologista Mediterráneo iniciara la trayectoria de los Premios Duna que, desde entonces, se dan a conocer en la Festividad de los Reyes Magos. Unos premios que un reconocimiento a personas, colectivos, empresas o instituciones por las labores y actitudes en favor del medio ambiente y el desarrollo sostenible en la provincia de Almería.
En esta ocasión los Premios Duna llegan en un momento en el que el mundo se enfrenta a una emergencia climática y una crisis ambiental convertidas en una amenaza para el planeta y ante la que la sociedad está dando respuesta. Frente al negacionismo, se multiplican las voces desde todos los ámbitos que reclaman poner freno al desenfreno y convertir en esperanza lo que hoy son malos presagios. Hay que tomar nuevos caminos para el futuro.
Duna Cajamar y Las Palmerillas
El centro experimental Las Palmerillas fue creado por la Caja Rural de Almería (hoy Cajamar Caja Rural) hace medio siglo y durante ese tiempo ha sido la vanguardia en la investigación agraria, abrazando la sostenibilidad y un uso adecuado de los recursos naturales como base de la mayor parte de su trabajo. Ahorro de agua, agricultura ecológica, nuevos sustratos, cuidado de los suelos, variedades mejor adaptadas o disminución de agroquímicos han sido algunas de sus líneas de trabajo.
Y junto a Las Palmerillas, el GEM quiere reconocer la trayectoria de la caja almeriense en su política de sostenibilidad y responsabilidad social, acentuada en los últimos años con compromisos como las hipotecas verdes, renting de vehículos eléctricos, ahorro de papel en su actividad diaria o medidas para el ahorro de energía. Ha asumido compromisos como no financiar inversiones que supongan un impacto ambiental o social, como la energía nuclear, fabricación de armamento, uso del carbón mineral, empresas localizadas en paraísos fiscales o las vinculadas con la pornografía o la prostitución.
Ha sido una de las primeras entidades financieras en sumarse a los Principios de la Banca Responsable de Naciones Unidas, en formar parte del Clúster del Cambio Climático, o en la Comunidad por el Clima, que pretende movilizar a toda la sociedad ante este grave problema, entre otras actividades. Una de las últimas es haber alcanzado el cien por cien en la compensación de sus emisiones de CO2 a través de proyectos de reforestación como el que desarrolla en la Amazonia en la región de Madre de Dios (Perú).
Duna a Santiaga Sánchez Porcel
Agricultora y ganadera ecológica que desarrolla su actividad en la comarca de Los Vélez. Desde muy joven se dedicó a estas actividades y enseguida se abrió camino en la producción ecológica. Hoy gestiona una explotación sostenible que integra cereales, pastos, frutales y ganado, especialmente el cordero segureño, cuya calidad ha sido reconocida con una Identificación Geográfica Protegida Ecológica.
Pero Santiaga es, para el GEM, mucho más que una agricultora ya que sus inquietudes la han llevado a ponerse a la cabeza de organizaciones como ‘Ganaderas en Red’ o ‘Pastores por el Monte Mediterráneo’.
Además ha destinado esfuerzo y proyectos al desarrollo de un modelo de ecoagroturismo, que recibió el Premio Excelencia a la Innovación para Mujeres Rurales. Ha impulsado las “Rutas de Santiaga” en las que combina la didáctica de la agricultura y ganadería ecológica, vinculándolas con el entorno natural, con un recorrido por el rico patrimonio natural, cultural y gastronómico de Los Vélez.
Y suma a esa actividad un fuerte compromiso con el papel de la mujer en el medio rural a través de la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales, plataforma desde la que defiende el empoderamiento de la mujer.
Duna a Onda Cero Almería
Promueve desde hace veinte años el Concurso de Fotografía de los Espacios Naturales de la provincia de Almería. La fotografía de la Naturaleza, además de su singularidad y valor estético, ha sido y sigue siendo un valioso instrumento para la conservación del medio ambiente y para una mayor concienciación de la sociedad. El GEM valora su capacidad didáctica para enseñar y sorprender a la ciudadanía con la belleza y la diversidad biológica que aporta el entorno natural, una percepción que favorece la empatía para que se defienda y se conserven espacios que son joyas del patrimonio natural y un recurso esencial para la educación ambiental.
Castigo con el Carbón para la gestión de residuos plásticos
Los Premios Duna tienen siempre el contrapunto de las Menciones Carbón (llamadas así porque tradicionalmente a los niños que se portaban mal los Reyes Magos les dejaban carbón). Y para la mención de 2019 el GEM ha querido centrar sus críticas en la pésima gestión que se está llevando a cabo en el tratamiento de los residuos plásticos. La agricultura intensiva almeriense genera cada año millones de kilos de este tipo de restos. Un problema que nunca ha tenido una respuesta adecuada; ni pública ni privada.
Los últimos episodios de lluvias torrenciales vividos en la provincia han vuelto a dejar al descubierto una realidad como esta con cientos de toneladas de plásticos en ramblas y campos, residuos que en muchos casos acaban en el mar y que suponen un problema ambiental, pero también una cuestión de pérdida de imagen de la agricultura que está teniendo un peso casa vez mayor en el rechazo de los mercados y de los consumidores.
Un Carbón 2019 que comparten los agricultores que tiran los plásticos, afortunadamente un porcentaje cada vez menor, las empresas de plásticos, que se desentienden de la gestión de los residuos, y las administraciones públicas, que desatienden sus competencias en esta materia. Entre ellos se incluyen los ayuntamientos, que miran hacia otra parte, la Junta de Andalucía, que lleva años sin concretar el Plan de Gestión de Residuos Plásticos, o el Gobierno español, pendiente desde hace más de un lustro de aprobar una normativa de gestión de este tipo de residuos a nivel nacional.
El GEM considera que este simbólico ‘tirón de orejas’ debería servir para que todos esos eslabones de la cadena se pongan en marcha en la búsqueda de fórmulas que propicien la recogida, el reciclado y la puesta en valor de los plásticos en ese modelo de economía circular que, por ahora, sólo da vueltas en torno a ideas que no llegan a convertirse en realidades.