Dichosos los afortunados que el viernes por la noche decidieron escuchar a Juan Perro cantando los nuevos temas de ‘Rio negro’ en el Teatro Auditorio de Roquetas de Mar. Aunque fue poco público, realmente los que estuvieron disfrutaron de un concierto cercano, donde Santiago Auserón estuvo entregado desde el primer momento, teniendo además en cuenta que no era una noche fácil.
Juan Perro es el seudónimo que utilizó el que fuera líder del grupo Radio Futura para emprender una carrera con el propósito de aunar, de la mejor manera, la música negra con los ritmos latinos, cosa que le llevó a viajar por Cuba. En Roquetas apareció sobre el escenario acompañado por Javier Mora a los teclados, Moisés Porro en la batería, Joan Vinyals a la guitarra e Isaac Coll al bajo y sin buscar demasiados aditivos al sonido que emana de la banda, se percibió el sonido latino, que se entremezclaba muchas veces con la música jazz y en otros casos con el son cubano.
Las letras algo que sabe cuidar como pocos este genial cantante se impone en la mayoría de los temas. A lo largo de las canciones hay momentos más líricos y más dados a la metáfora por los que transitan personajes solitarios con sus historias mientras que en otras ocasiones las ideas se vuelven más claras y el mensaje más accesible.
La canción “Río negro” llevaba al espectador por un sonido típicamente Nueva Orleans dirigido por el sonido de un órgano vibrante. La reivindicación de la cultura popular que es ‘Malasaña’ se mueve entre el country-rockabilly con algunas derivaciones hacia el son cubano. ‘Nave estelar’ representa la dicotomía entre los avances científicos y la deriva en la que se encuentra el planeta a ritmo de rock and roll.
El jazz, género al que ya se acercó en “Cantares de vela”, interpretado de una manera muy libre y aderezado por todo tipo de ritmos está muy presente a lo largo del todo el disco nuevo, que hizo íntegramente el viernes en Roquetas de Mar. Como ejemplo la clásica “Pies en el barro”, la latina “Pájaro de Siracusa” o la cabaretera “Poco talento”.
Claro está que Auserón actúa movido por la necesidad de cantar muchas veces más que por dinero. Alejado de lo estrictamente comercial, su música llega a aquellos que aman lo bueno y que muestran devoción por lo bien hecho. En Roquetas estuvo fascinante. A lo largo de todo el concierto se mezclaron con maestría los sonidos negros con los ritmos latinos llevándolo a un terreno donde tanto los admiradores de ambos estilos como los del rock en general salieron más que satisfechos.
Los que no fueron a verlo, se perdieron un buen concierto. Auserón estuvo muy cariñoso con sus fans, encantado de haber actuado en un Auditorio del nivel que ofrece el de Roquetas, y al final, incluso le gustaría volver pronto.
