Las jornadas ‘Educar con Corazón‘, que se han venido celebrando en la Universidad de Almería han llegado a su fin con la conferencia de José María Toro, especialista en formación de equipos docentes y autor del libro ‘Educar con co-razón’, que desde que se editara en el año 2005, ya lleva 20 ediciones en la calle y del que salió el nombre y la inspiración para estas jornadas coordinadas por Esther Prados, profesora del Área de Didáctica de la Expresión Corporal del Departamento de Educación de la UAL.
Este año “ha sido muy especial”, en palabras de la propia Prados, puesto que se ha presentado el libro que resume las diez primeras ediciones: “Desde que pensamos en plasmar por escrito todo lo que se ha generado de contenido hasta que lo hemos fraguado han pasado dos años, así que, en estas duodécimas jornadas dar a conocer ‘Otra Pedagogía en Movimiento’, con todas las personas que han contribuido estando presentes en el acto, ha sido muy entrañable y conmovedor”.
Además, el título de esta obra es también el sobrenombre de ‘Educar con corazón’ en este 2018, dado lo que representa. De hecho, era uno de los momentos clave de un programa extenso, ya que ha crecido de uno a cuatro días, en el que han tenido cabida conferencias y talleres, tomado todo como “un espacio para el encuentro, que es el espíritu de las jornadas”. Y es que desde la misma presentación del libro, “acto de mucho aprendizaje puesto que había muchos de muchos lugares de España, con experiencias diferentes pero la mirada común de una pedagogía que pone en el centro a la persona y que lo importante es su voz, una pedagogía que transforma”, ha dicho Esther Prados, “brota decir que han sido muy buenas jornadas”. En ese sentido, y pese a que el número de participantes ha sido elevado, la coordinadora mide más por calidad que cantidad: “Las personas que han venido se han hecho presentes, han disfrutado, colaborado y participado de manea consciente y plenamente activa”.
Enseñar en tiempos «convulsos»
Por lo tanto, Esther Prados se ha confesado “plenamente satisfecha por aportar un grano de arena a esta complejidad que es enseñar en tiempos convulsos”, ya que lo que se ha pretendido ha sido “sembrar semillas sobre todo de esperanza, que necesitan tiempo y procesos, espacios colectivos para transformar, generar pasión y entusiasmo en aquellas cosas que tienen que ver con procesos educativos”. Ha hablado de “resituarse” referido al docente y de “replantearse aspectos” de cara al alumno, algo desarrollado en la conferencia-taller impartida por José María Toro, cuyo título ‘La interioridad como movimiento hacia otra pedagogía’ es todo un resumen de lo que expone: “Se parte de un rescate del sentido original de lo que era el pedagogo y, por tanto, la pedagogía, o sea, el que acompañaba a los chicos hacia ese espacio en el que aprendían, o también dicho, la pedagogía era un movimiento de guiar y acompañar a los jóvenes hace ese lugar de aprendizaje”.
En ese sentido, ha planteado “recuperar al educador como la persona que acompaña, que guía en el ‘conócete a ti mismo’, la propuesta de caminar hacia esa pedagogía en la cual los educadores conducen a los niños hacia ese espacio donde van a poder conectar con su identidad más esencial sin ser, por lo tanto, un espacio físico, sino la interioridad de cada uno”. Ha utilizado la imagen del “movimiento de la vida, que es que la semilla que cada alumno contiene ya dentro pueda ser un fruto a partir de lo mejor de si mismo”. Ha pasado acto seguido a las claves de la pedagogía del corazón, escuchando “los latidos” que sostendría a un buen maestro: “Es el que a va trabajar con la conexión establecida con la conciencia de lo mejor de si y lo que representa su labor, es no es una labor cualquiera, sino que es sagrada”. Las características que ha enumerado son las de la “humildad, la cordialidad, el respeto, el aprecio a lo que hace, la integridad, la constancia, la disciplina y la sencillez”, todas entendidas desde dentro hacia afuera.
Maestro de Primaria, escritor, investigador y, ante todo, divulgador, de hecho, en la actualidad se dedica íntegramente a la formación de equipos docentes, claustros y grupos educativos, además de a impartir charlas por toda España y por Latinoamérica. La ofrecida en Almería como cierre de ‘Educar con corazón’ ha dejado varias reflexiones como que “la innovación no es tanto como un tener que hacer cada día una cosa nueva, sino poder vivir como nuevas las cosas de todos los días”, que “la formación de los maestros debe ser constante”, y que “una facultad que forma a los futuros maestros, además de enseñarles destrezas, debe avivar, alimentar y despertar la vocación y la actitud de entrega y responsabilidad hacia la tarea más noble del mundo; reconstruir el modo de presencia del maestro ante los alumnos”. El formato de su propuesta de taller se ha debido a buscar un desarrollo “experiencial y vivencial” en el que los asistentes son parte activa.