Investigadores de las universidades de Jaén y Granada buscan huellas de dinosaurios en una expedición al Alto Atlas de Marruecos

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Los doctores Matías Reolid de la Universidad de Jaén, y Jesús Reolid de la Universidad de Granada, han participado en una campaña paleontológica en el Alto Atlas de Marruecos centrada en la localización y estudio de rastros fósiles de dinosaurios del Jurásico superior (entre hace 160 y 145 millones de años). La expedición ha estado comandada por el Dr. Félix Pérez Lorente de la Universidad de La Rioja, y en ella también ha participado el Dr. Fidel Torcida, Director del Museo de los Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos).

Huellas de un dinosaurio bípedo carnívoro (terópodo) de tamaño medio sobre las grietas de desecación del antiguo lago de la Formación Iouaridène (Jurásico superior, Alto Atlas). Foto: Matías Reolid

Una de los atractivos de la Paleontología para público en general, es el estudio de los dinosaurios. Aunque cada vez se encuentran más restos fósiles de estos organismos, gracias a la búsqueda incansable de paleontólogos de todo el mundo, en muchas zonas el tipo de sedimentos no ha favorecido su conservación, pero si la de sus rastros.

Los rastros de dinosaurios, es decir, los conjuntos de huellas de un mismo individuo, se han conservado en el registro fósil de muchos sedimentos fluviales, lacustres y costeros de afloramientos del Mesozoico, principalmente del Jurásico y Cretácico.

El estudio de las huellas fósiles (icnitas) de dinosaurios resulta de gran valor porque permite descubrir aspectos del comportamiento de estos organismos, así como el ambiente en el que vivían. Los trabajos se han realizado en el Geoparque de la Unesco Mgoun, localizado al sur de Demnate. Este geoparque presenta un elevado número de rastros fósiles de dinosaurios del Jurásico superior.

Dr. Jesús Reolid buscando nuevos rastros fósiles de dinosaurio en las superficies de estratificación a techo de las secuencias sedimentarias de la Formación Iouaridène. Foto: Matías Reolid.

Las huellas pertenecen fundamentalmente a dinosaurios carnívoros bípedos, los denominados terópodos, y a grandes dinosaurios herbívoros cuadrúpedos, caracterizados por largos cuellos, denominados saurópodos. Estos organismos dejaron su impronta en los alrededores de un enorme lago que sufría repetidos periodos de desecación.

La abundancia de ripples y grietas de desecación confirman este medio sedimentario. Las huellas de dinosaurio quedaron impresas en el barro que posteriormente se litificó y enterró con los sedimentos de las sucesivas fases de inundación del lago.

Entre los cientos de huellas del yacimiento de Iouaridène destacan algunos rastros de terópodos de gran tamaño (entre 70 y 80 cm). También destaca un rastro muy largo (unos 120 m) de saurópodo con huellas que superan el metro de diámetro, y que correspondería a unas patas de unos 4 m de altura hasta la cruz.

Huellas fósiles de un dinosaurio cuadrúpedo saurópodo sobre las huellas de desecación de la Formación Iouaridène mostrando el reborde lateral de la pisada. Foto: Matías Reolid

Los hermanos Reolid, apasionados de los dinosaurios, han realizado un minucioso estudio sedimentológico de los materiales y diferentes modelos fotogramétrico y de LIDAR. Las muestras recogidas se estudiarán desde el punto de vista sedimentológico y mineralógico en el Departamento de Geología de la Universidad de Jaén, mientras que los modelos fotogramétricos y de LIDAR serán tratados en el Departamento de Estratigrafía y Paleontología de la Universidad de Granada.

La integración de la información obtenida con los datos que han proporcionado las huellas sobre la conducta de estos grandes reptiles, permitirá conocer y proteger estos afloramientos, así como abrir nuevas líneas de trabajo que desentrañen los enigmas que estas fascinantes criaturas guardan aún.