Un equipo de investigación del Departamento de Enfermería de la Universidad de Jaén (UJA) trabaja en la formación de matronas en los campamentos saharauis a través de la mejora de su plan de estudios, formación continuada, atención a profesorado, cursos de actualización de conocimientos para parteras sin formación y donación de material clínico y de biblioteca.
Desde 2012 a 2018, este grupo de investigadores e investigadoras de la UJA formado por Manuel Linares, Mª José Calero, José Manuel Martínez y Olga López ha elaborado un estudio que recoge el origen y evolución de la formación de matronas en la Escuela de Enfermería Ahmed Abdel-Fatah, ubicada en la wilaya de Smara y la única del mundo situada en un campamento de refugiados. El objetivo del estudio es “dar a conocer a futuras cooperaciones en salud la idiosincrasia de esta región en materia de asistencia obstétrica y seguir mejorando la formación continuada de las matronas locales”, explica Mª José Calero.
El aumento del número partos en los campamentos de refugiados saharauis llevó a las autoridades sanitarias de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) a crear la especialidad de matrona en el año 2002. Hasta entonces, las parteras tradicionales asistían el embarazo, parto y puerperio de forma empírica y con los conocimientos que habían ido acumulando por tradición. A partir de esa fecha, hubo una transición para obtener la formación en esta especialidad para quienes no habían cursado estudios en Enfermería, con la realización de un primer año teórico y un segundo año de pasantía en dispensario de salud u hospital. Por su parte, “para las parteras tradicionales, la formación consistía en dos años teóricos y un año de pasantía o prácticas en un hospital o dispensario sanitario”, indica el investigador de la UJA, Manuel Linares.
Sin embargo, a partir de 2010, para obtener la especialidad de Matrona se estableció como requisito haber cursado previamente los tres años del Título de Enfermería General, salvo excepciones por necesidad de personal. De esta forma, esta titulación se organiza académicamente mediante un primer año con 11 asignaturas y un segundo año de prácticas clínicas, que finaliza con la presentación de un trabajo fin de grado. “Desde 2002 a 2018 se graduaron en esta materia 68 estudiantes del total de 125 admitidos, siendo la mayor parte de abandonos de mujeres por tener que atender necesidades de cuidados familiares”, señala Olga López.
“La atención sanitaria en los campamentos de refugiados saharauis es muy deficitaria en cuanto a recursos humanos y materiales. Está soportada por las ayudas que llegan a través de proyectos de cooperación internacional para el desarrollo, que no es suficiente”, argumenta José Manuel Martínez. “No obstante, es elogiable por la forma en que los profesionales de la salud saharaui se desenvuelven para hacer frente a los problemas de salud de la población en un contexto tan inestable y hostil y con esa escasez de recursos”, añade el investigador de la UJA. En ese sentido, la precariedad recrudecida de los campamentos hace que las tasas de morbimortalidad materna e infantil sean aun elevadas y que la asistencia al parto por parte de personal especializado se sitúe entre el 70% y 80%.
Desde el punto de vista universitario, Manuel Linares destaca “la importancia de esta investigación que difunde un hecho único a nivel mundial, por la escasez de estudios sobre campamentos de refugiados publicados en revistas de impacto que hagan referencia a la formación de personal sanitario en un entorno con estas características”. Así mismo, resalta la labor realizada en materia de cooperación internacional por parte del personal de la UJA y de profesionales externos del ámbito de la salud, educación e ingeniería que han participado en el proyecto a lo largo de los últimos seis años.
El estudio, titulado ‘Is it possible to become a midwife in a refugee camp?’, ha sido publicado en la revista Midwifery, la más importante a nivel mundial en este área científica. El mismo ha sido fruto del proyecto de cooperación internacional al desarrollo «Contribución a la mejora de la calidad de vida de la población saharaui mediante el fortalecimiento institucional de la Universidad de Tifariti y de las capacidades de autogestión en materia de salud de la población de los campamentos de refugiados saharauis», financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID) y la propia Universidad de Jaén.