Los investigadores José Luis Pérez García y Antonio Mozas Calvache, miembros del grupo de Investigación Sistemas Fotogramétricos y Topométricos de la Universidad de Jaén (UJA), han presentado los resultados obtenidos en un estudio consistente en la realización de modelos 3D de tres de las estructuras funerarias más espectaculares de la Necrópolis de Qubbet el-Hawa en Asuán (Egipto), con los que han constatado la precisión con la que se construyeron las mismas.
Las tres tumbas estudiantes (QH31, QH32 y QH33) son estructuras independientes y adyacentes, excavadas en la roca, que se internan decenas de metros dentro de la colina donde se encuentra la necrópolis. Están formadas por numerosas salas, corredores y pozos verticales, que alcanzan hasta los 13 metros en el caso de la QH33. Las estructuras funerarias están datadas entre el 1845-1773 antes de Cristo y fueron construidas de forma secuencial. En ellas se enterraron varios gobernadores de Elefantina, sus familias y algunos miembros prominentes de su círculo cercano.
Para la realización de los modelos 3D, los investigadores de la UJA utilizaron distintas técnicas geomáticas, entre las que destaca el escaneo láser terrestre y la fotogrametría. Debido a la compleja estructura de las tumbas, los trabajos de campo supusieron un importante esfuerzo de implementación de dichas técnicas. Cabe destacar la dificultad en la adquisición de datos en los distintos pozos verticales. Cada tumba fue estudiada de forma individual para obtener un modelo 3D específico. Sin embargo, los tres modelos pudieron fusionarse al estar todos los datos referidos al mismo sistema de coordenadas, obteniendo un modelo completo que permite analizar el comportamiento espacial de todas las tumbas en conjunto, contextualizando de esta manera todo el entorno.
Como resultado, cabe destacar la obtención de modelos tridimensionales fidedignos de las estructuras funerarias objeto de estudio. “Estos modelos constituyen un importante instrumento métrico para la documentación de las tumbas. La calidad de los productos obtenidos permite realizar un recorrido virtual[i], así como su utilización por parte de otros investigadores, como arquitectos o arqueólogos, para sus respectivos estudios evitando la necesidad de desplazamiento a Asuán”, resaltan los investigadores de la UJA.
Además de los modelos obtenidos, los resultados más sorprendentes aparecieron tras la fusión de los mismos en un modelo completo. Así, cabe destacar la intrincada estructura de salas, corredores, pozos de las tumbas que se entrelazan sin intersección espacial alguna. “Más concretamente, se ha detectado una gran proximidad entre dos tumbas (QH32 y QH33), de aproximadamente 10 centímetros en algunos puntos, sin que, para nuestra sorpresa, exista intersección entre las mismas. En un principio, se podría considerar que esta proximidad pudiera ser producto de la casualidad o fortuna durante la construcción. Sin embargo, el hecho de que esta proximidad centimétrica se detecte en varias zonas de las tumbas podría demostrar su premeditación, indicando hasta qué punto era de precisa la construcción de estas estructuras por parte de los antiguos egipcios. De hecho, se puede concluir que los constructores conocían perfectamente cómo estaba espacialmente dispuesta la tumba previamente construida y conforme a ello planificaban la construcción de la siguiente”, explican los investigadores, que además indican que esto confirma que los antiguos egipcios disponían de suficientes conocimientos acerca de las técnicas de orientación y medida como para alcanzar este grado de precisión, “evitando interferir estructuras adyacentes”.
Los resultados arrojados en este estudio han sido recientemente presentados y publicados en el prestigioso Congreso Internacional de la ISPRS 2020 de Niza (Francia). El trabajo ha sido realizado en el ámbito del proyecto de investigación Proyecto Qubbet el-Hawa que lidera desde hace más de una década la Universidad de Jaén y que dirige el doctor en Egiptología de la UJA Alejandro Jiménez Serrano.