Insomnio: las pastillas para dormir no son la solución

España es uno de los mayores consumidores de pastillas para dormir. Se estima que alrededor del diez por ciento de la población ha tomado pastillas para dormir en el último año, tal y como refleja un estudio de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE). Estos medicamentos se utilizan para tratar el insomnio, pero especialistas advierten de que en muchos casos estas pastillas no representan una solución para conciliar el sueño.

Según el Dr. Gabriel Abudinen, neurólogo del Hospital Clínico U. de Chile, la solución no siempre está en la medicación, ya que su uso excesivo puede tener consecuencias dañinas para la salud.

Recurrir a una pastilla para dormir puede parecer la opción más fácil. En el abanico de fármacos hay de todo: desde la melatonina —más accesible y natural— hasta compuestos más potentes como la trazodona, benzodiacepinas como el clonazepam, o los inductores no benzodiacepínicos que son los más utilizados hoy en día, como el zolpidem y la zopiclona. Sin embargo, cada uno tiene su propio perfil de efectos y riesgos.

Efectos y riesgos de las pastillas para dormir y combatir el insomnio

“La melatonina, por ejemplo, es una opción segura, pero puede generar efectos secundarios como pesadillas, sueños vívidos o molestias gastrointestinales”, explica el Dr. Abudinen. Otros fármacos, como los inductores no benzodiacepínicos (zolpidem y zopiclona), pueden llevar a consecuencias mucho más serias, entre ellas “el comedor nocturno, que es gente que se levanta sonámbula en la noche a comer, o la amnesia anterógrada, con la cual no me acuerdo de nada luego de tomarme la pastilla. Eso, generalmente en adultos mayores, tiene el gran riesgo de caídas o de realizar alguna acción riesgosa sin recordarlo al día siguiente”.

A pesar de ser de fácil acceso, la automedicación nunca es recomendable. El neurólogo enfatiza que estos fármacos deberían ser recetados por un profesional y utilizados solo por un periodo limitado, de no más de seis meses, para evitar la dependencia y la disminución de su efectividad con el tiempo.

Hay muchos y muy distintos fármacos para poder dormir, pero lo más importante es que no cualquier fármaco ayuda a todos; cada uno es distinto y acarrea distintos problemas. La solución del dormir bien no es dar una pastilla a ciegas, sino tratar de encontrar la causa del porqué no estamos durmiendo bien. El buen uso de estos medicamentos debe estar idealmente indicado por un médico y por un lapso transitorio de no más de 3 a 6 meses, porque luego su efecto empieza a disminuir drásticamente”, comenta el especialista.

Qué origina el insomnio

El insomnio no tiene una sola causa. Mientras algunos padecen de dificultades para iniciar el sueño, otros luchan por mantenerlo. Para el Dr. Abudinen, lo esencial es tratar cada caso de manera individualizada. “Si el insomnio está vinculado a la ansiedad, podría ser necesario un medicamento como la quetiapina. Si, por otro lado, existe dolor crónico como la fibromialgia, la pregabalina es más adecuada”, explica. Este enfoque personalizado es clave para evitar el uso indiscriminado de pastillas y mejorar la calidad del descanso.

Pero entonces, ¿qué hacer con el insomnio? El especialista recomienda comenzar con ajustes simples en los hábitos de sueño, como establecer una rutina nocturna, evitar pantallas antes de dormir y, si es necesario, considerar el uso de melatonina; sin embargo, si los problemas persisten, es crucial acudir a un especialista en neurología del sueño para obtener un diagnóstico certero.

“El uso de medicamentos para dormir nunca debe ser la única solución. Antes de tomar algo para dormir, hay que ordenar los hábitos relacionados con la higiene del sueño. Porque nuestro sueño no depende de nosotros, depende del ambiente donde uno duerme. Claramente la automedicación no es favorable, pero si hay dificultades para consultar a un especialista, se podría comenzar con melatonina 2 a 3 horas antes de acostarse. Si a pesar de todo ello siguen los problemas, podemos usar aplicaciones móviles que registran sonidos durante la noche o tratar de ir a ver a un neurólogo especialista en sueño para identificar qué está pasando”, concluye el Dr. Abudinen.