Ignacio Martín Lerma: «La predisposición del público infantil por conocer la Prehistoria es impresionante»

Acostumbrado a hablar sobre la Prehistoria en medios de comunicación y a llevar a cabo talleres para acercar al gran público este periodo de nuestro pasado tan apasionante, el arqueólogo de la Universidad de Murcia, Ignacio Martín Lerma, rompe una barrera más en su labor de divulgación del pasado más remoto, con ‘Prehistoria’ (Shackleton kids), un divertido libro dirigido a niños a partir de seis años, en el que combina ilustraciones y una trama atractiva, sin renunciar al rigor científico.

Ignacio Martín Lerma.
Ignacio Martín Lerma. Foto: Óscar Turco.

Pregunta – Habías llevado a cabo multitud de proyectos de divulgación, en televisión, a través de talleres, de conferencias, incluso haciendo partícipes a personas con discapacidad de excavaciones arqueológicas, pero nunca con niños, ¿por qué este paso?
Respuesta – Para mí, la divulgación es un pilar fundamental dentro de los mundos científicos en que nos movemos. Y creo que la ciencia debe ser accesible, y cuando digo accesible hablo de todos los tipos de públicos. En esos públicos están las personas con diferentes capacidades, como bien has comentado, sino que también están los públicos más jóvenes. Es un público que siempre he abordado de manera colateral, porque siempre me ha gustado hacer una divulgación muy amplia, en la que era consciente de que todos los públicos podían estar oyéndome, pero nunca me había enfrentado a un proyecto tan específico para el público infantil. Había hecho talleres con niños de a partir de seis años, que es el público al que está destinado el libro. Pero no es lo mismo hacer un taller que estar un año trabajando en esa manera de expresarte, en esa manera de condensar y en esa manera de divulgar tan diferente que la dirigida a un adulto.

Portada del libro Prehistoria, de Ignacio Martín Lerma.

P- ¿Cómo se les traslada conceptos complejos sobre la Prehistoria a niños de esa edad?
R- Esa ha sido una de las partes más bonitas de esta proyecto. La reflexión interna que me ha generado a mí como divulgador. Porque es verdad que cuando hablas en la televisión, en la radio o en la prensa tratas de emplear un lenguaje que entienda todo el mundo, pero aquí no solo tenía que ser un lenguaje fácil, sino que tenía que enganchar a este público más joven. Ha habido que buscar todos esos elementos, todas esas situaciones, todos esos descubrimientos que crees que puede enganchar a un chaval de esta edad. Que lo motive y despierte su curiosidad. Este libro está dirigido a niños que están en una edad en que son auténticas esponjas, que quieren saber el porqué de todo lo que pasa por delante de sus ojos. Entonces queremos que tengan presente que en la vida no solo están las cosas del día a día, sino que también sepan que hay una cosa que se llama ciencia y otra que se llama arqueología, que les va a ayudar entender muchas cosas de cómo fuimos y de cómo seremos en el futuro.

P- Te vales de la ilustración como una herramienta fundamental para llegar a este público, ¿cómo has trabajado con los ilustradores para que lleven a imágenes lo que querías contarle a los niños?
R-
Trabajar con Gallego Bros ha sido la parte que más recompensas me ha regalado el proceso de creación. Hay que supervisar científicamente todos esos dibujos y no siempre es fácil, porque están por ahí todos los tópicos sobre la arqueología, a veces hay errores científicos… pero me he encontrado con dos personas abiertas, con ganas de aprender de la Prehistoria, y creo que el resultado ha sido magnífico en el aspecto artístico, porque son dibujos bonitos, que conectan con el público.

P- Cuál es el objetivo con este libro, ¿mostrar qué fue la Prehistoria, enseñarles el trabajo de los arqueólogos o una mezcla de las dos?
R-
Es una mezcla de todo, aunque en verdad hay más intención de mostrar cómo fue la Prehistoria a través de los periodos, de las actividades que se llevaron a cabo y de todas las cosas que ocurrieron en ese periodo tan largo y apasionante de la historia. Pero, al final del libro, también hay un apartado en el que se hace referencia al trabajo de los arqueólogos: al trabajo de campo y al trabajo de laboratorio. Incluso, y esa es una de las partes preferidas por los niños, presentamos un kit del arqueólogo, las herramientas que un buen arqueólogo debe llevar al campo para trabajar y de las que no puede prescindir.

P- ¿Cómo hacerles entender que a partir de un fragmento de roca se puede determinar cómo vivían, de qué se alimentaban, incluso hasta dónde llegaba el conocimiento de los humanos que la tallaron?
R-
Pues te llevas sorpresas, porque lo de las ideas preconcebidas y el no tener esa mirada limpia de un niño hace que a los adultos les cueste más trabajo entender todo esto. Un niño está dispuesto a aprender algo que no conoce. A mí me parece muy interesante, no solo por el libro, sino por otras experiencias que he tenido con niños, cómo la talla lítica es algo que les llama mucho la atención. De un trozo de piedra del campo, dando unos golpes exactos y justos surge una herramienta que nos permite poder vivir y hacer una serie de tareas. Es emocionante ver cómo se les dilatan las pupilas cuando descubren cómo se hacían las cosas en la Prehistoria.

Presentación de ‘Prehistoria’ en Murcia, donde a Ignacio Martín Lerma le acompañaron los ilustradores de la obra, Gallego Bros y María Pina. Foto: José Luis González.

P- En el planteamiento del libro, un par de personajes te van haciendo preguntas y tú les muestras la Prehistoria, ¿por qué presentar la Prehistoria de esa manera?
R-
Es un planteamiento que nace de la propia editorial, a quienes estoy muy agradecido por la propuesta y, sobre todo a mi editora, Carla Pascual. Es una idea que viene marcada en esta colección, en la que los personajes, Perro y Gato, hablan con el especialista, que les va mostrando el mundo de la ciencia, en mi caso, la Prehistoria. Para mí es un honor compartir colección, por ejemplo, con Pedro Duque. Es un concepto muy interesante, porque está esa supervisión científica y también el rigor, que no siempre aparece en los libros dirigidos a los niños.

P- ¿Qué esperas con este libro?
R-
Aportar un granito de arena al mundo de la divulgación, esta vez, infantil. No creo que este libro sea mejor o ni peor que otros que hay en el mercado, pero lo importante es ir sumando libros que tengan esa calidad y ese rigor, que nos muestren cómo fuimos en periodos como el Paleolítico.

P- Hacer que los niños se diviertan en un museo se antoja complicado y mucho más en un yacimiento arqueológico, ¿cómo hacer que los yacimientos se conviertan en espacios más atractivos para los niños?
R-
A veces lo complicado es que vayan, que el colegio quiera embarcarse en la aventura de acercarse a un yacimiento prehistórico, que por lo general suelen estar alejados de las ciudades. Pero cuando se produce esa posibilidad de ir a un yacimiento prehistórico, la predisposición por aprender es impresionante. Simplemente la emoción de estar allí, de pisar el sitio de donde salen los restos es emocionante; y eso hace que luego me regañen los padres, porque los niños tienen la casa llena de piedras que han recogido por el campo, pensando que se trata de un resto arqueológico. Yo creo que la visita a un yacimiento es una experiencia muy inmersiva y es el tipo experiencias que necesitan para cambiar la concepción que tienen sobre el pasado y sobre la Prehistoria.

P- ¿Cómo consideras el trato que se le da a la Prehistoria en colegios e institutos?
R-
Se pasa por ella de puntillas. Es un periodo muy importante para el resto de la Historia y realmente es el periodo en el que se surgen todas las primeras veces a nivel tecnológico, a nivel conductual, a nivel social… es un periodo al que no se le da toda la importancia que a mi parecer tiene.