El grupo de Estructura Atómica y Nuclear de la Universidad de Granada (UGR), en colaboración con investigadores del CIEMAT, ha publicado recientemente un artículo donde se demuestra que IFMIF-DONES, el acelerador de partículas que se construye en Granada, podría abastecer a los hospitales españoles del radioisótopo más utilizado en la diagnosis de enfermedades: el molibdeno-tecnecio. Además, se podría hacer sin interferir en el normal funcionamiento de la instalación.
La investigadora Elena López Melero, que realiza su tesis doctoral sobre uso de IFMIF-DONES para medicina nuclear para diagnóstico y terapia, comenta que “estudiamos una reacción distinta a la convencional utilizada en los reactores nucleares que abastecen hoy en día a nuestros hospitales. Esta ruta de producción solo es accesible en instalaciones con alto flujo energético de neutrones, como IFMIF DONES. De esta manera, potenciamos las aplicaciones secundarias con origen en esa instalación, como la producción de radiofármacos para nuestros hospitales, con independencia del cierre o desabastecimientos de las centrales nucleares”.
Por su parte, Javier Praena, profesor de la UGR y director de la tesis de López, añade que “el objetivo es utilizar los neutrones sobrantes para aplicaciones médicas. Este es un trabajo sobre el radioisótopo más utilizado a nivel mundial que demuestra las posibilidades de IFMIF-DONES para generar I+D+i en medicina nuclear, contribuyendo así a la sostenibilidad de la instalación. Pronto esperamos publicar los primeros estudios sobre radioisótopos dedicados a terapia”.
En qué pruebas se emplea el radioisótopo que se podría producir en IFMIF-DONES
El molibdeno-tecnecio se utiliza en más del 80% de las pruebas clínicas de diagnóstico por imagen de enfermedades oncológicas y neuronales pero solo se produce en seis reactores nucleares en todo el mundo, ninguno de ellos situado en España. De hecho, en la actualidad, todo el utilizado en los hospitales españoles proviene de un reactor localizado en Holanda. Para ello, semanalmente se suministran entre uno y dos generadores de Molibdeno-Tecnecio a cada hospital.
Tras su producción, transporte y recepción en los hospitales, el molibdeno radioactivo (Mo99) se desintegra en tecnecio radioactivo (Tc99m). Este, al tener propiedades distintas al Mo-99 se separa químicamente en los centros sanitarios para producir los radiofármacos con Tc-99m, que posteriormente se suministran al paciente. La radiación emitida por el Tc-99m permite diagnosticar por imagen enfermedades como el cáncer y sin efectos secundarios sobre el paciente. Desde la crisis mundial de abastecimiento de molibdeno-tecnecio en 2009 existen numerosos estudios para encontrar métodos e instalaciones alternativas para su producción.