Investigadores de la Universidad de Jaén, junto con el IVI Sevilla, la Fundación Progreso y Salud de Granada (GENYO) y la cofinanciación de la Agencia IDEA, han identificado seis variantes génicas asociadas a la pérdida de fertilidad tras el tratamiento con quimioterapia en varones con cáncer testicular.
Los varones con cáncer testicular, cuya incidencia se da mayoritariamente en edad fértil, que son sometidos a sesiones de quimioterapia, en muchos casos pierden la fertilidad, mientras que otros siguen siendo fértiles. Este estudio, denominado ‘Identificación de variantes génicas de recuperación de la espermiogénesis postquimioterapia tras cáncer en varones’, plantea la posibilidad de que existan genes relacionados con el hecho de que tras un tratamiento de este tipo, el paciente pierda o mantenga la capacidad reproductiva.
Francisco Navarro, investigador de la Unidad de Genética de la Transcripción del grupo Transcripción y Expresión Génica en Eucariotas (BIO-258) de la UJA, explica que para este estudio han utilizado un número importante de pacientes, que en algunos casos han seguido siendo fértiles y en otros casos no. “Hemos estudiado sus genomas para ver las diferencias por grupos y poder comprobar si hay genes específicos ligados a que pierdan o no la fertilidad”. En total, se ha realizado el análisis de un millón de variantes de genes, SNP, para cada uno de los pacientes (25 pacientes, más todos los controles del GENYO) de la clínica IVI Sevilla.
“A cada uno de los individuos se le ha analizado esa variación mediante técnicas de biología molecular a gran escala y análisis bioinformáticos para obtener datos altamente significativos, trabajo realizado por GENYO. Posteriormente, en la Universidad de Jaén se han realizado nuevos análisis informáticos, la detección de genes y los procesos para corroborar por técnicas moleculares la alteración de los mismos y conocer las consecuencias que esto puede tener.
De esta manera, del más de un millón de variantes de genes analizados por paciente se identificaron seis variantes génicas diferenciales para ambos grupos, tanto para los que recuperan la fertilidad como para los que no. “Eso no quiere decir que cada una de ellas sea responsable del cambio, sino que puede ser una suma de todas”, especifica Francisco Navarro.
Según la doctora Cristina González, directora del Laboratorio de Andrología y Banco de Semen de la clínica IVI Sevilla, este estudio podría permitir a los pacientes con cáncer testicular, muchos en edad reproductiva, que antes de que se sometan a sesiones de quimioterapia tengan la posibilidad de realizar un test para saber si pertenecen al grupo de riesgo que puede perder la fertilidad tras el tratamiento y en ese caso, plantearles una criopreservación de semen con carácter preventivo. “Nuestro objetivo es que estos varones en edad fértil no pierdan la capacidad de tener descendencia biológica, que es algo que nos reclaman todos los días”, asegura Cristina González, que incide en que “la posibilidad de que la quimioterapia tenga un efecto nocivo sobre la fertilidad en varones, es un aspecto de mucha trascendencia para estudiar en profundidad en el futuro y que puede tener consecuencias a la hora de decidir el tipo de medicación para el tratamiento del cáncer, tema que hemos compartido estos últimos años con los oncólogos con los que hemos trabajado”.
Ahora el objetivo de los investigadores se centra en aumentar tanto el tiempo de ejecución del proyecto, como la muestra de estudio para obtener más variables en nuevos pacientes y poder contar con marcadores moleculares, además de plantear desarrollar un kit diagnóstico aplicable a pacientes en esta situación.