Un estudio de la Universidad de Granada propone la explotación eficiente de la celestina, un mineral que se usa en microchips y que está muy presente en el Montevive de Granada. Un recurso que se considera crítico por sus aplicaciones en electrónica, telecomunicación, informática o automoción
La reserva de celestina más grande de Europa se encuentra en la provincia de Granada, concretamente en Montevive, un cerro ubicado entre Las Gabias, Alhendín y La Malahá. La celestina es un mineral inerte de estroncio, incluido como material crítico por la Unión Europea debido a sus notables aplicaciones en el campo de la electrónica, la telecomunicación, la informática (pantallas de TV, ordenadores, radares, semiconductores, dieléctricos, resistores, monocristales), metalurgia, aleaciones (moldes, productos de soldadura, tratamiento de aceros, refinado electrolítico), electrólisis de zinc, automoción y otros elementos como imanes permanentes o acumuladores eléctricos.
Los departamentos de Mineralogía y Petrología e Ingeniería Química de la UGR, junto con la empresa explotadora de la mina de Montevive, Canteras Industriales SL, han realizado una investigación para profundizar en la caracterización química y mineralógica de diversos materiales de cantera, así como de los depositados en escombreras.
El fin es establecer un punto de partida para estudiar los métodos de concentración de celestina que sean capaces de aumentar la tasa de recuperación del mineral. Este hecho reduciría los costes de explotación de la mina y la generación de nuevos estériles, reduciendo el impacto sobre el medio ambiente.
Para definir métodos de concentración más adecuados, se han empleado técnicas analíticas complementarias como la microscopía óptica (OM) y la microscopía electrónica de barrido y transmisión (SEM y TEM), los rayos X de energía dispersiva (EDX), la fluorescencia de rayos X (XRF) y la difracción de rayos X (XRD).
Así, se ha caracterizado la morfología, la microestructura, la química y la mineralogía del mineral de celestina. “Los resultados que aborda el estudio dilucidan que el mineral de media calidad está formado por cristales prismáticos de celestina que sustituyen a una matriz de microcalcita dispersa”, explica Noemi Ariza Rodríguez, investigadora de la UGR que ha realizado este estudio en el marco de su tesis doctoral, dirigida por Alejandro Rodríguez Navarro (Departamento de Mineralogía y Petrología) y Mario Jesús Muñoz Batista (Departamento de Ingeniería Química), y tutorizada por Mónica Calero de Hoces (Departamento de Ingeniería Química).
Se han localizado otras fases minoritarias en todas las muestras analizadas como la estroncianita, la dolomita, el cuarzo y las arcillas (caolinita, paragonita e illita). También hay una cierta cantidad de óxidos e hidróxidos de hierro, principalmente magnetita, asociados a las arcillas. “Se demuestra, por tanto, que la concentración del mineral de celestina de baja calidad puede lograrse mediante un método ecológico y de bajo coste basado en la molienda y la separación por tamaños. Este proceso puede hacer más sostenible la explotación minera, reduciendo desmontes y voladuras, así como la generación de residuos que impactan negativamente en el medio ambiente”, explica Noemi Ariza.
Este estudio ha sido el preámbulo que servirá de apoyo a otro proyecto iniciado actualmente. Se trata de Rotate, una iniciativa que se extenderá durante cuatro años, en la que se validarán métodos de concentración del mineral. En toda la Unión Europea pueden contabilizarse 26.000 canteras y graveras. Solo cinco han sido seleccionadas para esta experiencia piloto y la de Montevive es una de ellas.