Fernando Alarza, Invan Cano y el programa Voluntariado UA, premiados por el Consejo Social de la UA

Fernando Alarza e Iván Cano recibirán el próximo martes, 16 de noviembre, el Premio al Mérito Deportivo Universitario que concede el Consejo Social de la Universidad de Alicante, mientras que el Premio Voluntariado Universitario ha recaído este año al programa “Voluntariado UA Emergencia Social Colectiva”.

Iván Cano y Fernando Alarza, con la rectora de la UA, Amparo Navarro.

Estos galardones, que se conceden desde el año 2017, se harán entrega  en una gala que tendrá lugar en el paraninfo de la Universidad con la asistencia de Amparo Navarro por primera vez en calidad de rectora, así como del presidente del Consejo Social, Adolfo Utor.

Fernando Alarza pertenece al equipo de triatlón de la UA y  ha participado en los Juegos Olímpicos Tokio 2020 en la prueba individual de este deporte, donde consiguió la 12 posición, y también en la de relevos mixtos, donde obtuvo la 10 posición. Entre sus méritos deportivos cabe destacar que Alanza fue el campeón de España de Triatlón en 2020 y quedó como cuarto clasificado en el Campeonato del Mundo 2019.

Asimismo, recibirá también el premio al Mérito Deportivo el estudiante del Grado de Ingeniería en Sonido e Imagen en Telecomunicación en la Universidad de Alicante  Iván Cano, quien ostenta la Alta Distinción de la Generalitat Valenciana al mérito deportivo por su medalla de plata en los pasados Juegos Paralímpicos de Tokio. Cano es actualmente el subcampeón de Europa en su categoría y en los juegos realizó un salto de 7.04 metros que le valió la medalla de plata en salto de longitud de la clase T13 de discapacitados visuales.

Por otra parte, el Consejo Social ha querido reconocer la labor desarrollada por los miembros del proyecto “Voluntariado UA Emergencia social colectiva” con el Premio al Voluntariado Universitario. El programa, que estuvo coordinado por la entonces vicerrectora de Responsabilidad de Social de la UA, María José Rodríguez Jaume, tenía como fin el reclutamiento de personas de la comunidad universitaria que realizasen tareas capaces de minimizar los efectos de la emergencia sanitaria provocada por la pandemia. El voluntariado se activó durante el confinamiento con la inscripción de un total 1.012 personas quienes, en función de sus capacidades y disponibilidad, participaron en diferentes programas. Con la actuación de este voluntariado se consiguió cubrir necesidades tan básicas como el suministro de alimentos a personas vulnerables, apoyos en el aprendizaje, ayudas en los costes de matrícula, acompañamiento psicológico, asesoramiento nutricional y de movilidad, tramitación de ayudas e incluso de hábitos saludables, hasta la fabricación y reparto  de mascarillas.

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