Un matrimonio marcado por su trabajo artístico. Así se puede hablar de Federico y Hilda Castellón, un almeriense y una neoyorquina que lograron introducir su obra en los centros artísticos más prestigiosos de la Gran Manzana y cuya obra se expone a partir del 29 de mayo en la galería Acanto, situada en la calle Javier Sanz, número 5, de Almería.
Federico Castellón (Alhabia, Almería, 1914 – Nueva York, 1971), emigró a Estados Unidos, con su familia, en 1921, convirtiéndose posteriormente en una importante figura del mundo del arte, cuya obra está presente en todos los grandes museos de arte contemporáneo de Norteamérica, como el Museum of Modern Art de Nueva York, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Whitney Museun of American Art, El Art Institute of Chicago, la Library of Congress de Washington etc. Castellón, además de desarrollar una brillante carrera como artista, desempeñó una extraordinaria labor docente, en distintas Universidades, principalmente en la Columbia University.
Encuadrado en el surrealismo, ya en 1935 fue incluído en la gran exposición de París de Artistas Españoles/Americanos junto a Bores, Dalí, Gargallo, Miró, Juan Gris y Picasso, entre otros , en el Colegio Español de la Universidad de París, y en 1936, a su regreso a los Estados Unidos, fue invitado a exponer en la célebre muestra “Fantástic Art, Dadá and Surrealism” en el MOMA de Nueva York.
Castellón protagonizó una extraordinaria y exitosa carrera como pintor, grabador y litógrafo, a través de la cual fue desarrollando distintos estilos . Así en un principio tras su primer realismo, y su posterior investigación del cubismo y el futurismo llegó al surrealismo, tras el cual vino una etapa clásica, después de su viaje por Italia y finalmente en los años sesenta encuentra su lenguaje más personal con una particular mezcla entre surrealismo y simbolismo, con tintes expresionistas en muchas ocasiones, tanto en su obra pictórica como en sus célebres litografías. En esta última disciplina destacó especialmente, hasta el punto de ser considerado como uno de los mejores litógrafos americanos de su tiempo.
Tras su muerte en 1971 en Nueva York, su obra y su figura no han dejado de suscitar el interés de historiadores, críticos, museos y amantes del arte en general. Como muestra de ello cabe citar la presencia de obra de Castellón en la exposición que presentó el Museo Reina Sofía de Madrid en 1994-95 titulada “El Surrealismo en España”, así como en la exposición “ Huellas Dalinianas”, Museo en 2004-05. que además posee una pintura de Federico Castellón en sus fondos.
Por su parte, Hilda Greenfield Castellón fue esposa del célebre artista Federico Castellón, fue también una gran artista por derecho propio. Subestimada por las influencias recibidas de su marido en la técnica y el estilo, su arte encierra una mirada personal que la distingue de él. Elegantísima dama muy respetada en el mundo del arte de Nueva York, donde trabajó en la famosa Galería AAA, como vendedora y asesora . Se casó con Federico el 21 de octubre de 1940, año en que él recibió su primera beca Guggenheim, que le llevó al sudoeste de los Estados Unidos, donde pasaron todo ese año. Mientras Federico pintaba y esbozaba, reuniendo material para futuras obras, Hilda se empleaba en sus propios dibujos.
Tras la muerte de Federico, Hilda permanecíó en su casa de Brooklyn, dedicándose a catalogar el arte de él, presentándolo en exposiciones, convirtiéndose en su marchante y manteniendo sus contactos en el mundo del arte. Al mismo tiempo continuó creando sus propias obras. Ella estableció el Federico Castellon Memorial Scholarship en el Instituto Pratt de Nueva York. Hilda fue uno de los miembros fundadores de la New York Print Society en 1992.