Más de una veintena de expertos debatieron, el pasado viernes, sobre el futuro experiencial del sector y analizaron las claves para ofrecer a los turistas nuevas experiencias en torno a las actividades más tradicionales que garanticen la sostenibilidad de la Costa Blanca como destino turístico, en el marco de sexta edición de la Feria Universitaria de Turismo, Futur, organizada por estudiantes de la Universidad de Alicante.
Entre las principales conclusiones destaca la necesidad de poner en valor la gran oferta que la Costa Blanca brinda en materia de sensaciones y supone un atractivo mayor al de otros destinos turísticos. Se trata de poner en valor bienes inmateriales como el tacto de la arena, el olor del mar combinados con actividades tradicionales como la alfarería, la industria local, las bebidas espirituosas, las rutas enológicas.
Más aún si se alinean con los rasgos totalmente reconocibles de la Costa Blanca a nivel internacional, como es el caso de la pólvora, la música, las fiestas y la gastronomía, “el resultado pueden ser momentos memorables y eternos en el recuerdo del viajero”, han explicado los organizadores.
La inauguración del acto corrió a cargo del secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, quien fue el primero en apuntar al carácter transformador del turismo experiencial como generador de recuerdos, sobre todo después de los tiempos vividos, “ya que solo a través de los sentidos se puede vivir un territorio”.
El ponente inaugural Vicente Marhuenda, experto conocedor del Turismo provincial, aseguró que la Costa Blanca “necesita que trabajemos conscientemente para poder hacer todavía más, una experiencia inolvidable” y pidió una mayor colaboración entre destinos de interior y playa, para ofrecer la “inconfundible hospitalidad que caracteriza a esta provincia”.
Bajo el lema “La Costa Blanca desde los cinco sentidos” expertos, académicos, empresarios, informadores y profesionales del turismo alicantino analizaron la situación postpandemia que atraviesa el sector e invitaron a redescubrir la provincia desde una perspectiva sensorial, revisando el sector desde cinco ángulos sensoriales, un para cada sentido. Un viaje a través de los sentidos que permitió recorrer los aromas, sonidos, luces y colores, sabores y texturas de la Costa Blanca a través de las distintas mesas de debate. Estela Medina, el director del Marq, Manuel Olcina, la representante de FESORD, Estefanía Rico, coincidieron en la importancia de apoyarse en la tecnología y en las interacciones para mostrar al turista el patrimonio museístico y natural de un lugar. “Está claro que las imágenes son un componente imprescindible a la hora de promover el destino, pero acompañada de una buena información, hace que pueda llegar todos los públicos”, añadió el fotógrafo paisajista, Fernando Prieto, responsable del blog LinkAlicante.
También es posible acercar la “Banda sonora de la Costa Blanca” de un modo más inclusivo. La mascletà sensorial, permite disfrutar de la magia de la pólvora, y sentir el estruendo de una macletà, incluso a quien no puede oirla. Entre el patrimonio sonoro, tanto Miguel García Sala, director del Conservatorio de Profesional de Música “José Tomás” de Alicante, como Rafael Martí, vicepresidente de la Sociedad Musical La Amistad de Villafranqueza, pusieron en valor la importancia de la música tradicional alicantina, así como la constancia y trabajo de las bandas de música y su gran poder para transmitir y hacer perdurar la música de calle.
En el marco de las jornadas científicas también salieron a la luz, proyectos “Made in Costa Blanca”, que ponen en valor las actividades más tradicionales y características de la zona, como el esparto, la pirotecnia, la visita de museos, según explicó Luis Castroverde, jefe de servicio promoción Patronato del Turismo en la Costa Blanca . En la mesa del tacto participaron también participaron Mª Dolores Esteve, directora del Museo del Calzado de Elda; Toñi López, concejala del Ayuntamiento de Agost y , Rafael Martínez, director de la fundación proyecto Puçol para la Educación y Cultura quienes reclamaron un mayor protagonismo del turismo industrial y también en el mundo rural con el impulso de las actividades más tradicionales como es el tratado del esparto o la alfarería. Y es que según el moderador de la mesa, el catedrático de la UA Jorge Pereira “el tacto puede transformar toda experiencia en algo inolvidable, ya que pone en contacto la materia en nuestra propia piel y nos lleva a descubrir nuevas sensaciones”.
Los aromas de la Costa Blanca llegaron al Salón de Grados de la Facultad de Óptica de la mano de Lourdes Rubio, gerente de la Ruta del Vino, quien recomendó realizar esta experiencia en distintas épocas del año para no perderse el espectacular aroma del azahar en la Vall de Pop, o el del secado de la pasa en La Marina o los aromas del sarmiento en la vendimia del Vinalopó. También Jesús Navarro, director de la empresa de especias Carmencita y el profesor Ciencias Ambientales y Recursos Naturales de la UA, Segundo Ríos, apelaron al evocador papel de los aromas para forjar recuerdos en la mente y destacaron la esencia de los muchos los que la caracterizan esta tierra: el olor a los almendros, la sal del mar, los viñedos, todos ellos son irremplazables y reconocibles como seña de identidad de la Costa Blanca.
Los sabores de la Costa Blanca pusieron el broche final al programa científico de esta Feria. Josep Bernabéu-Mestre, director de la Cátedra de Estudios Gastronómicos Carmencita, destacó que la Gastronomía es el aspecto que mejor define la marca de un destino turístico, una forma de entender la cultura, a través de la experimentación de gustos y sensaciones diferentes a la cotidianidad, es un medio para acercarse a la autenticidad del territorio. La publicista e influencer Elena Vidal destacaba el papel de las redes sociales para transmitir la gastronomía de un lugar y hacernos viajar hasta ella sin desplazarnos, mientras que el cocinero de La Ereta y chef Daniel Frías Carbonell, apeló a la memoria gustativa “ya que cada sabor, te lleva a un lugar físico o un lugar en el tiempo, y esto hace que no dudemos al recordar un lugar,” algo esencial a la hora de hacer turismo desde los sentidos.