Europa debe mirar al magreb, que genera los mayores flujos migratorios del mundo

Sami Naïr

Sami Naïr junto al rector de la UAL Pedro Molina.

El filósofo y sociólogo francés Sami Naïr, que ha impartido una conferencia magistral en el marco del Curso de Verano “Andalucía y sus relaciones con el Mediterráneo y el África Subsahariana”, ha hablado de las cosas que “hay que hacer” para modificar el curso de las relaciones Norte-Sur en el Mediterráneo. “No tengo soluciones, pero sabemos lo que hay que hacer. Lo primero, es poner en marcha una política totalmente diferente entre las dos orillas, restablecer el contacto, el flujo, no dejarlo en manos de las mafias. Hablo de circulación organizada”, decía Naïr.

“Lo segundo es poner en marcha programas de desarrollo para el norte y sur de África, especialmente para el África subsahariana. Se necesitan grandes planes para estabilizar la población. Por ejemplo, en el África subsahariana se necesitan 40 millones de profesores de instituto y no los hay. Lo que se está haciendo, el presupuesto que hay asignado para determinados programas es, a todas luces, insuficiente”, apuntaba el profesor Naïr.

Lo tercero que habría que hacer, decía, es conseguir que la Unión Europea se convierta en un “verdadero actor” en Oriente Medio, no sólo a nivel financiero como hasta ahora. “Ahora, Europa sólo actúa en Oriente Medio pagando la reconstrucción de los daños que provoca el ejército israelí. Tenemos una gran oportunidad con el presidente Obama, que quiere hacer algo con esta zona”, explicaba.

Lo último, pero no menos importante, es contribuir a la formación de un Islam “abierto, tolerante y moderno. Lo primero que tenemos que hacer es entender lo que son, que no son mercancías, sino seres humanos”. Sami Naïr, filósofo y sociólogo francés, es Doctor en Filosofía Política y Doctor en Letras y Ciencias Humanas. Imparte sus clases de Ciencias Políticas en la Universidad de París VIII y ha sido profesor invitado de la Universidad Carlos III Madrid.

También ha sido profesor visitante en la Universidad de Valencia y es investigador de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Politólogo, pensador e intelectual de reconocido prestigio internacional, dirigió con Simone de Beauvoir la revista Les Temps Modernes en los años setenta y ochenta, y es ponente habitual en los más relevantes foros internacionales. Como parlamentario europeo, ha sido miembro de las comisiones de Asuntos Exteriores, Derechos Humanos, Seguridad Común y Política de Defensa, Miembro de la Comisión de Libertades y Derechos de los Ciudadanos, Justicia y Asuntos Interiores. Su dilatada y prestigiosa trayectoria docente, investigadora y política sería imposible resumir en unas cuantas líneas en estos momentos.

En su trayectoria intelectual, el Mediterráneo constituye un tema de atención prioritaria. Entre sus múltiples facetas como político e intelectual, una de aquellas por la que Naïr ha llegado a ser conocido y apreciado ha sido por su defensa de los derechos de los inmigrantes, que le ha llevado a involucrarse en el debate sobre la inmigración, con una postura de oposición radical a cualquier manifestación xenófoba o racista.

En 1994 el presidente francés François Mitterrand le solicitó la elaboración de un informe que se convirtió en un modelo de integración de inmigrantes y que definía el concepto de codesarrollo como idea central para contribuir a ese fin.

En junio de 1997, Naïr fue nombrado delegado interministerial para el Codesarrollo y las Migraciones Internacionales. Desde esta situación gestó la denominada “Fórmula Naïr” sobre el codesarrollo, que perseguía acabar con la cuestión de la inmigración o, al menos, lograr que ésta dejara de ser considerada como un problema social. Esta teoría ha llegado a convertirse en uno de los ejes centrales de la política europea sobre flujos migratorios. Ha afirmado, rotundamente, que la inmigración no es, en absoluto, un problema político. Es un fenómeno social, como el crecimiento demográfico, el aumento de los matrimonios o de los divorcios o la distribución territorial de la población, que obedecen a tendencias de gran peso.

En el marco de este Curso de Verano, Sami Naïr decía que para dibujar el camino del futuro hay que plantearse la cuestión de cómo será el Mediterráneo dentro de 50 años:”Será absolutamente y radicalmente diferente de lo que conocemos hoy. Dentro de una o dos generaciones prevalecerá el mestizaje. Europa será como un gran Brasil. Nada ni nadie podrá impedir ese intercambio histórico basado en la interconexión social en la era de la globalización. No podemos seguir viviendo en la indiferencia y, mucho menos, en los conflictos”.

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