Estudiarán si las aguas regeneradas son la solución para reducir la huella ambiental de los subtropicales de Málaga

La situación de sequía arrastrada desde hace unos años está llevando a que algunos cultivos lleguen a plantearse su futuro. Ante esta situación, surgen nuevas ideas para asegurar la actividad agrícola, a pesar de la falta de lluvias, y una de ellas es el uso de aguas regeneradas. Investigadores del centro IHSM La Mayora, la Universidad de Málaga y Asaja Málaga acaban de iniciar un proyecto para investigar la posible contaminación ocasionada por aguas regeneradas en cultivos de frutales subtropicales.

Con un enfoque multidisciplinar, el proyecto Manejo sostenible de los frutales subtropicales en Andalucía en un contexto de escasez hídrica, financiado por la Junta de Andalucía dentro del Marco del Plan Sequía Andalucía, busca afrontar los desafíos del cambio climático y garantizar la sostenibilidad de los cultivos subtropicales en Andalucía.

Coordinado por el Profesor de Investigación Iñaki Hormaza del IHSM La Mayora, el proyecto cuenta con la participación de dos grupos de investigación de la Universidad de Málaga, liderados por Iñaki Vadillo Pérez y José Damián Ruiz Sinoga, así como de ASAJA Málaga, que aporta su experiencia en la transferencia de conocimiento al sector productor. Surge como respuesta a una situación crítica derivada del cambio climático antropogénico, cuyos efectos incluyen una drástica disminución en la disponibilidad de agua de calidad para riego como consecuencia de periodos de sequía cada vez más prolongados e intensos.

Cuál es el objetivo de este proyecto sobre el uso de aguas regeneradas

El investigador principal del proyecto y profesor de investigación del CSIC en el IHSM La Mayora, Iñaki Hormaza, ha señalado que el “objetivo del proyecto es desarrollar estrategias innovadoras que permitan abordar los retos derivados de la escasez hídrica”. Para ello, se van a estudiar los cambios a nivel de suelo y planta derivados del uso de aguas regeneradas, la optimización de los sistemas de riego mediante la evaluación de diferentes sistemas de riego que “puedan reducir la huella hídrica de la producción de frutales subtropicales sin comprometer su productividad y el impacto en la calidad química de las aguas subterráneas debido al incremento en el uso de aguas regeneradas para riego agrícola”, ha destacado Hormaza.

Reunión de los especialistas que participan en este proyecto de investigación.

Por su parte, el catedrático de Geografía Física de la Universidad de Málaga, José Damián Ruiz Sinoga, ha informado que “el propósito final del proyecto no es solo aportar soluciones prácticas para una gestión eficiente del agua en la agricultura subtropical andaluza”, sino que también pretende sentar las bases para un modelo de producción sostenible, compatible con la conservación de los recursos naturales en un entorno vulnerable al cambio climático, garantizando la resiliencia del sector frente a futuros escenarios climáticos adversos.

El técnico de ASAJA Málaga Benjamín Faulí ha explicado que este proyecto de investigación cuenta con una subvención de 533.000 euros y una duración de dos años, “trabajos que se centrarán en dos cultivos estratégicos, aguacate y mango”.

El catedrático de Ecología y Geología por la Universidad de Málaga Iñaki Vadillo Péres ha recordado que este proyecto representa “un paso adelante en la lucha por la sostenibilidad de la agricultura subtropical en Andalucía”, una región que lidera la producción de frutas subtropicales en Europa. Iniciativas como esta demuestran que, a través de la colaboración y la innovación, es posible hacer frente a los desafíos derivados del cambio climático y garantizar un futuro sostenible para el sector agrícola.

Recientemente el equipo de trabajo celebró su primera reunión en las instalaciones del IHSM La Mayora, donde se definieron los objetivos específicos, las metodologías de trabajo y el cronograma de actividades del proyecto. Durante el encuentro, los investigadores y representantes de ASAJA Málaga destacaron la importancia de la colaboración entre instituciones académicas, científicas y agrícolas para afrontar retos tan complejos como la crisis hídrica.