El cambio climático trae consecuencias desiguales a los distintos puntos del planeta. Si en el entorno mediterráneo está agudizando la aridez y las sequías, en zonas de bosques tropicales incrementa el volumen de precipitaciones. Un equipo de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA) del CSIC ha estudiado cómo afecta este incremento exagerado de las lluvias a los árboles de estos entornos, que ya no pueden con tanta agua.
Para la realización del estudio, el equipo de EEZA ha contado con la colaboración de otras instituciones internacionales de Malasia y la Universidad de Oxford, con quienes ha estudiado los efectos de diferentes variables relacionadas con el cambio climático sobre el crecimiento y la supervivencia de los árboles en una selva tropical de Malasia. El trabajo se ha publicado en el último número de la revista Communications earth & environment.
“Utilizamos más de una década de datos para examinar los patrones de crecimiento y supervivencia de los árboles relacionados con el exceso de precipitación (inundaciones), el déficit de precipitación (sequía) y los períodos sin lluvia (períodos secos)”, señala Michael J.O’Brien, investigador Ramón y Cajal del CSIC, en la EEZA.
Cómo afecta el cambio climático a árboles de bosques tropicales
Los resultados del estudio sugieren que, a pesar de los crecientes períodos de sequía tropical, las altas precipitaciones asociadas con el cambio climático, pueden tener efectos graves en el crecimiento y la supervivencia de los árboles.
El estudio se llevó a cabo en Sabah, Borneo, Malasia, en el Centro de Campo del Valle de Danum, que tiene 43.000 hectáreas de bosque tropical primario. La zona de estudio tiene un promedio de alrededor de 3000 mm de lluvia por año, que se distribuye uniformemente con una sequía supra-anual y un aumento anual de las precipitaciones, impulsado por el cambio climático. En 2004 se plantaron 80 parcelas cada una con 25 especies de árboles y se realizó un seguimiento del crecimiento y la supervivencia anual durante 13 años.
“Modelamos los efectos del exceso y déficit de lluvia y el período seco más largo entre mediciones para evaluar los efectos de estas variables en el crecimiento y la supervivencia de los árboles. Encontramos que las especies fueron, en su mayoría, resistentes al déficit de lluvia y a los períodos secos, pero que el exceso de lluvia afectó negativamente a los árboles y casi todas las especies tuvieron una menor supervivencia durante los períodos con altas precipitaciones”, explica O’Brien.