Las biotoxinas marinas que producen algunas microalgas pueden tener un impacto socioeconómico significativo, dado que afectan a la comercialización de productos pesqueros y pueden afectar también a la salud de la población debido al riesgo de intoxicaciones alimentarias. Es en este ámbito de las biotoxinas marinas en moluscos bivalvos y otros alimentos de origen marino en el que se especializa el Laboratorio Europeo de Referencia de Biotoxinas Marinas (EURLMB, por sus siglas en inglés), que trabaja en este campo desde hace tres décadas.
El laboratorio, con el objetivo de proteger la salud humana y poder gestionar los riesgos alimentarios para la salud de los consumidores a nivel europeo, coordina las actividades de una red de Laboratorios Nacionales de Referencia (LNR) establecida en los diferentes estados miembros de la UE.
Para realizar esta tarea, el EURLMB debe cumplir un programa de trabajo bienal acordado con la red de laboratorios nacionales según las tareas que exige la regulación 2017/625, incluyendo temas de interés prioritarios para la UE.
Entre sus responsabilidades se encuentran la armonización de los métodos de ensayo que usarán los laboratorios nacionales de referencia de cada Estado miembro, orientar sobre los métodos de análisis y materiales de referencia al resto de laboratorios, coordinar las actividades necesarias para aplicar nuevos métodos de análisis e informar a los laboratorios de referencia nacionales de los avances en este campo. Además, colabora con laboratorios de terceros países y con la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
Vigo, sede del EURLMB desde 1993
Desde el año 1993 el EURLMB se sitúa en una ubicación estratégica, la ciudad de Vigo, lo que se justifica por la gran producción de recursos marinos de la costa gallega.
El laboratorio depende históricamente de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), adscrita al Ministerio de Consumo.
En 2022, tras más de diez años de dirección por parte de la Universidad de Vigo, el laboratorio comenzó una nueva andadura a través de un contrato con el CSIC. Tras la firma del contrato asumió la dirección científica Francisco Rodríguez, investigador del grupo de Microalgas Nocivas y Ecología del Plancton del IEO, en estrecha colaboración con Begoña Ben, directora técnica por parte de AESAN. El EURLMB cuenta en total con una plantilla actual de 11 personas, incluyendo personal de laboratorio y gestión.
El grupo de microalgas nocivas del Centro Oceanográfico de Vigo del IEO proporciona experiencia y recursos como su colección de cultivos de especies nocivas de fitoplancton. A esto hay que sumar la trayectoria de Francisco Rodríguez en estudios y proyectos relacionados con las biotoxinas marinas y los organismos que las producen. Esta combinación de experiencia y recursos permite que ambos organismos avancen en sus campos de estudio y aprovechen las sinergias para impulsar la investigación y el desarrollo en el ámbito de las biotoxinas marinas.
Toxinas emergentes
El laboratorio, además de desempeñar las funciones que tiene atribuidas, está poniendo el foco en las toxinas emergentes, “aquellas que, o bien no están incluidas en la legislación o bien no cuentan con métodos oficiales de análisis, como por ejemplo las toxinas responsables del síndrome de la ciguatera o las tetrodotoxinas, entre otras” señala Rodríguez.
Asimismo, otro de los objetivos es la modernización de los métodos de análisis, acorde con la evolución del instrumental de laboratorio, con el objetivo de “obtener métodos más resolutivos, rápidos y sensibles para la caracterización de las biotoxinas marinas”, continúa Rodríguez.
De cara al futuro, se presentan grandes retos tanto para los laboratorios nacionales como para el Laboratorio de Referencia de la Unión Europea en Biotoxinas Marinas. “En el ámbito de las toxinas marinas la tendencia es preocupante en algunas regiones como Galicia por su mayor incidencia y cambios observados en los últimos años”, indica Francisco Rodríguez.
Los dinoflagelados son el grupo principal causante de cierres de las explotaciones de marisco, y el aumento de la temperatura unido a períodos de afloramiento más cortos pueden favorecer, entre otros factores, una mayor incidencia de sus proliferaciones, incluidas las de especies tóxicas.
“Por ejemplo, en los últimos cinco años hubo cierres por toxinas paralizantes más frecuentes en las Rías Baixas y que produjeron mareas rojas intensas, nunca observadas en 30 años de registros de series temporales del sistema de monitoreo en Galicia, ni tampoco en la literatura científica previa”, concluye Francisco Rodríguez.