Este es el secreto para aumentar hasta un 5% el rendimiento muscular cuando practicas esquí

Con la llegada del frío y la nieve, el esquí se convierte en una de las opciones más atractivas para aquellos que quieren disfrutar del deporte y la montaña. Pero, sin una buena preparación y un buen equipo lo que podría ser una jornada de diversión puede acabar con una visita a urgencias.

El profesor de Fisioterapia de la Universidad Europea, Carlos Alberto Villarón; y el profesor de Ciencias Biomédicas y Psicofisiología de la Universidad Europea, José Francisco Tornero-Aguilera, advierten de los riesgos de practicar este deporte sin la preparación física apropiada.

Esquí en Sierra Nevada. Foto: Cetursa.

Carlos Alberto Villarón, profesor de Fisioterapia de la Universidad Europea, destaca que el esquí se considera una disciplina de alto riesgo. “Esto se debe a factores como la elevada velocidad que se alcanza, al terreno impredecible con obstáculos naturales, la presencia de otros esquiadores y las demandas físicas del deporte. De esta forma, cualquier error puede resultar en una caída o lesión”.

Las lesiones más comunes, señala el profesor Villarón, son de rodilla, esguinces de tobillo, fracturas de muñeca o clavícula, así como luxaciones de hombro. Aunque hay otra más graves como los traumatismos craneoencefálicos, lesiones medulares o fracturas complejas de pelvis o columna. “Lo que determina la gravedad de una lesión son factores como la velocidad en el momento del impacto, el tipo de terreno, si el equipo está mal ajustado, las condiciones climáticas, y el nivel técnico del esquiador”.

Sobre el estado físico y la fatiga, Carlos Alberto Villarón destaca que son factores determinantes en la prevención de lesiones durante el esquí. “Un cuerpo fuerte y flexible puede absorber mejor los impactos y adaptarse a los cambios del terreno.

Por otro lado, la coordinación y el equilibrio también son fundamentales para mantener una técnica correcta y reaccionar rápidamente ante situaciones imprevistas. Además, la fatiga disminuye la capacidad de mantener una postura adecuada, reduce el tiempo de reacción e incrementa el riesgo de errores en terrenos complicados o en pendientes más exigentes”.

De esta forma, los esquiadores fatigados tienen más probabilidades de sufrir lesiones graves, ya que su cuerpo no puede responder adecuadamente a las demandas del deporte.

José Francisco Tornero-Aguilera, profesor de Ciencias Biomédicas y Psicofisiología de la Universidad Europea, explica que una preparación física integral antes de la temporada de esquí es esencial para minimizar el riesgo de lesiones y maximizar el rendimiento en las pistas. Para ello recomienda “un programa de pretemporada ideal debería extenderse durante un período de 8 a 12 semanas, con entrenamientos de 4 a 5 días por semana. Este programa debe integrar componentes de fuerza, resistencia, equilibrio y flexibilidad para preparar el cuerpo de manera integral”.

A la hora de esquiar, es recomendable un calentamiento previo para preparar músculos y articulaciones. “Un calentamiento dinámico de al menos 10-15 minutos puede aumentar el rendimiento muscular en un 2-5% y reducir la incidencia de lesiones en deportes de alto impacto” explica José Francisco Tornero-Aguilera.

Asimismo, el docente destaca la importancia de tener un equipo de esquí seguro y bien ajustado. “Los componentes clave son las botas, que deben ajustarse al pie minimizando el movimiento interno, las fijaciones que deben estar calibradas según el cuerpo y el nivel de habilidad del esquiador, el casco que debe cumplir con los estándares y los esquís y bastones, que deben ser del tamaño y la flexión que deben permitir una postura ergonómica.

Esquí en Sierra Nevada. Foto: Cetursa.

Un factor para tener en cuenta es conocer las condiciones meteorológicas, del terreno y de visibilidad antes de practicar este deporte, ya que las condiciones de la nieve, como su densidad, estabilidad y profundidad, pueden variar drásticamente. Al igual que la visibilidad afecta a la capacidad para anticipar obstáculos, evaluar el terreno y mantener el control. Por ello, hay desafíos específicos que requieren adaptaciones técnicas, del equipo y de la mentalidad para minimizar riesgos. 

Como recomendación para los esquiadores principiantes, Tornero aconseja “enfocarse en aprender y consolidar técnicas básicas antes de aventurarse en terrenos más desafiantes. Es fundamental tomar clases con instructores certificados, quienes pueden enseñarles una postura adecuada, cómo girar correctamente y frenar de manera efectiva. Es igual de importante elegir terrenos adecuados para su nivel. 

Por otro lado, para esquiadores experimentados, la principal recomendación que hace el profesor de Ciencias Biomédicas y Psicofisiología de la Universidad Europea es no subestimar la importancia del calentamiento y el entrenamiento físico continuo fuera de temporada. Además, señala que “aunque tienen mayor control técnico, la fatiga acumulada y los descuidos pueden ser factores críticos en accidentes graves”.