El olivo es uno de los árboles que definen la cultura mediterránea y hay tantas variedades como regiones de cultivo. En los últimos años se han impuesto las más productivas, hasta el punto de relegar algunas variedades históricas que han quedado en el olvido. Ahora, el Consejo Superior de Investigaciones Científicias (CSIC) en Galicia acaba de finalizar la recuperación de tres especies autóctonas de esa región, que ya están listas para comercializarse.

La recuperación de los olivos autóctonos de Galicia se ha llevado a cabo por el Grupo Operativo Oliveiras de Galicia, que ahora ha iniciado una campaña para la exposición de los resultados sobre distintas técnicas de multiplicación de planta de olivo autóctono que se están llevando a cabo y la explicación del proceso de inscripción de las nuevas variedades de olivo en el Registro de Variedades Comerciales, así como una cata de los AOVES producidos en 2024.
Qué variedades de olivo gallego se han recuperado
Las variedades de olivo gallego recuperadas son las de carapucho, carmeliña y maruxiña. A partir de ahora los viveros podrán iniciar la comercialización de planta de las tres variedades una vez les haya sido transferida y los olivareros podrán realizar plantaciones con ellas. Los aceites elaborados a partir de estas variedades podrán comercializarse incluyendo el nombre de la variedad en las etiquetas de los envases.
El proceso de registro, iniciado, desarrollado y financiado íntegramente por el CSIC a través de su Vicepresidencia de Innovación y Transferencia, ha durado cinco años y ha constado de varias fases.
Todo el proceso se apoya en las investigaciones sobre el olivo autóctono de Galicia iniciadas en el año 2012 por el grupo VIOR y que se han desarrollado en el marco, entre otros, de los contratos de financiación de proyectos de investigación, establecidos entre la Fundación Juana de Vega y el CSIC.
Inscripción de nuevas variedades
Para la inscripción de una variedad hay que presentar en primer lugar una solicitud dirigida al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Dicha solicitud debe acompañarse, entre otros aspectos, de la descripción detallada de la variedad, de acuerdo con lo que disponga el correspondiente Reglamento Técnico de Inscripción de Variedades.
Desde el CSIC, a través de la Vicepresidencia Adjunta de Transferencia del Conocimiento se han enviado hasta la fecha los datos descriptivos aportados por los investigadores del Grupo VIOR de 11 variedades, incluidas las tres que acaban de ser aprobadas.
Además, el procedimiento exigió el envío al CEVO (Centro de Examen de Variedades de Olivo) de al menos ocho ejemplares vivos de cada variedad, con su correspondiente pasaporte fitosanitario y un certificado demostrando que el material enviado estaba libre de las enfermedades bacterianas que establece la normativa vigente para olivo (Verticillium dahliae, Pseudomonas savastanoi pv. savastanoi y Xylella fastidiosa). En dicho centro se mantuvieron en observación, hasta obtener frutos durante un mínimo de dos años consecutivos y comprobar que sus características coincidían con las descritas por los investigadores del Grupo VIOR.
Las variedades que van superando los exámenes técnicos son propuestas para ser incluidas en el Registro de Variedades Comerciales y, por tanto, son idóneas para ser cultivadas, quedando reconocidas y siendo permitida su comercialización en toda la Unión Europea.