Las personas que despiden a su ser querido ya tienen bastante con su pena como atender a otras cuestiones de carácter más administrativo, como sí ha hecho un equipo de investigación de la Universidad de Murcia (UMU), que ha analizado certificados de defunción de los últimos cuarenta años y ha determinado en qué comunidades autónomas tienen peor calidad, o dicho en un término que le quita hierro al asunto, ‘se muere peor’.
El trabajo de investigación ha sido realizado por Mónica Ballesta, Mª Dolores Chirlaque y Diego Salmerón, del departamento de Ciencias Sociosanitarias de la UMU, junto con expertos de CIBERESP, el ISCIII, y la SEE.
En qué comunidades autónomas se tienen certificados de fallecimiento de peor calidad
El estudio ha permitido constatar una disminución en la calidad de la certificación de las causas de muerte en las comunidades del sur de España, las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y en Madrid en los últimos 40 años.
El artículo pone de manifiesto la existencia de una oportunidad de mejora en las estadísticas de defunciones regionales y nacionales. Es necesario que los agentes involucrados en este aspecto tomen cartas en el asunto para mejorar estas estadísticas.
Los investigadores sugieren un aumento de personal y una mayor cualificación del mismo, así como la implementación de una formación médica sobre la certificación de la defunción, además de la mayor uniformidad y automatización de las fases de la autenticación, como el certificado electrónico, son medidas que podrían mejorar esta situación en un futuro próximo.
Razón comparativa de mortalidad/ metodología del estudio
Para llevar a cabo este estudio, se ha examinado durante cuatro décadas el proceso de registro y clasificación de las causas de muerte por región y sexo, destacando las defunciones por causas inespecíficas y mal definidas. También se compararon las tasas de mortalidad en cada región con la mediana nacional por década y sexo utilizando un indicador estadístico llamado Razón Comparativa de Mortalidad (RCM).
La RCM es una medida utilizada en epidemiología y demografía para comparar las tasas de mortalidad entre diferentes poblaciones. Se calcula dividiendo la tasa de mortalidad de un grupo por la tasa de mortalidad de otro conjunto. Este método ayuda a ver si un colectivo tiene más o menos defunciones que otro. Por lo tanto, permite demostrar las diferencias en la cantidad de fallecimientos entre comunidades.