La importancia en el ecosistema de tiburones y rayas ha llevado a que estas especies cuenten con una protección especial en un par de franjas de la costa mediterránea.
Dos propuestas conjuntas de la Universidad de Alicante (UA), la Universidad de Murcia (UMU), el Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) y el Cartagena Oceanographich Research Institute (CORI) consiguen que el litoral de Alicante y Murcia se convierta en área de conservación de tiburones y rayas (Important Shark and Ray Area – ISRA) por su importancia en el ecosistema y científica. Estas acaban de ser aceptadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el primer mapeo sistemático en la historia de zonas importantes para tiburones y rayas en el Mediterráneo.
Los investigadores han conseguido evidenciar la relevancia de estas áreas para la supervivencia de este grupo de especies en el Mediterráneo tras arduos meses de trabajo de investigación, recopilación de información y escrutinio por parte de un panel de expertos externos. Tanto es así que de las más de 110 propuestas de ISRA iniciales, solamente se han aceptado 65 en todo el Mediterráneo.
Qué zonas se convierten en santuario de tiburones y rayas
Las ISRAs aprobadas incluyen la franja litoral costera murciana desde San Pedro del Pinatar hasta Calblanque y un sector profundo entre el sur de Alicante y el Seco de Palos.
La propuesta de la zona más somera, situada entre San Pedro del Pinatar y Calblanque, ha sido liderada por María Pozo-Montoro, investigadora del Grupo de Ecología y Conservación Marina de la UMU y responsable de la coordinación de ambas propuestas. La franja litoral costera que va desde tierra hasta los 80 metros de profundidad y que incluye la reserva marina de interés pesquero de Cabo de Palos – Islas Hormigas, se ha podido evidenciar gracias a la colaboración ciudadana por parte de buceadores, pescadores y bañistas de la zona. Sus fotos han sido fundamentales para demostrar la importancia del área como zona de reproducción y agregación de rayas desaparecidas en otros enclaves del Mediterráneo y en peligro crítico de extinción como son el pez guitarra, la mantelina, el águila común y la pastinaca.
Por otro lado, la segunda propuesta ha estado liderada por la profesora Francisca Giménez Casalduero, catedrática de Zoología y directora del CIMAR (Centro de Investigación Marina de Santa Pola) de la Universidad de Alicante. Esta zona va desde los 300 metros hasta los 800 metros de profundidad e incluye montes y formaciones submarinas singulares como son el Seco de Palos o El Planazo y un campo de pockmarks – depresiones en el lecho marino producto de emanaciones de gases y escape de fluidos generados por la actividad volcánica de la zona. Este espacio es especialmente relevante como zona de cría de tiburones de profundidad como el tiburón linterna velludo y es una zona de agregación de la raya estrellada, especie endémica del Mediterráneo.
Cuál es el objetivo de las zonas de conservación de los escualos mediterráneos
El objetivo principal de los ISRAs es poner en el mapa internacional aquellas zonas clave para la supervivencia de estas especies que sufren el riesgo de desaparecer en el Mediterráneo en ausencia de actuaciones inmediatas. Sin embargo, no son una figura de gestión y por tanto no llevan aparejada normativa alguna de protección de las especies implicadas. «Este es el primer paso para asegurar que esta zona continúa siendo un oasis para tiburones y rayas en el Mediterráneo», resaltan las investigadoras. «Esta información es más pertinente que nunca a medida que nos acercamos al 2030, fecha en la que los países del mundo, incluido España, se han comprometido a proteger al menos el 30% de sus mares», añaden.
Pese a la mala fama inmerecida de estas especies, los datos científicos muestran que más del 50% de las especies de tiburones y rayas del Mediterráneo se encuentran en alto riesgo de extinción por la sobrepesca. Las consecuencias de la desaparición de tiburones y rayas de los océanos ofrecen un escenario impredecible con posibles impactos en las actividades humanas, debido a la importante función que cumplen en el ecosistema. Tiburones y rayas influyen de forma determinante como depredadores en la cúspide de las redes tróficas, así como el mantenimiento de la diversidad estructural de los ecosistemas marinos. Las zonas estudiadas han demostrado ser un punto caliente de diversidad de estos animales, así como refugio para algunos de los últimos individuos de estas especies en el Mediterráneo.