Especialistas llaman a sustituir el material de las encimeras de cuarzo por otro menos peligroso para los trabajadores

Un grupo multidisciplinar de médicos e investigadores en ciencias sociales y humanas de la Universidad de Granada y del Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia (CNRS por sus siglas en francés) han publicado un editorial en una de las revistas más relevantes en el ámbito de la neumología, el European Respiratory Journal, sobre la reciente prohibición por el gobierno de Australia de los aglomerados de cuarzo y sus implicaciones para la Unión Europea.

Estos aglomerados de cuarzo o piedra artificial son materiales sintéticos que contienen más del 80% de sílice cristalina compactada mediante resinas y con colorantes orgánicos e inorgánicos que se han popularizado desde los años 90 para la fabricación de encimeras de cocina y baños y que han dado lugar a la remergencia en numerosos países de formas aceleradas de silicosis y a una notable incidencia de enfermedades sistémicas.

El editorial contribuye a fijar la posición de la influyente European Respiratory Society, sociedad científica que cuenta con más de 35.000 miembros procedentes de 160 países, sobre la necesidad de aumentar la conciencia pública y regulatoria a nivel mundial. En particular, la tesis que sostiene este editorial es que la Unión Europea debería adoptar medidas proactivas para proteger la salud de los trabajadores expuestos a los aglomerados de cuarzo y considerar la sustitución de materiales peligrosos como los aglomerados por alternativas más seguras. El tema es especialmente relevante para Andalucía, una de las zonas que concentra el mayor número de casos de silicosis por aglomerados de cuarzo a nivel mundial.

El editorial reflexiona sobre el procedimiento transparente, democrático y basado en la evidencia científica empleado por la administración de salud laboral australiana para adoptar su decisión. La Unión Europea debería revisar los valores límite de exposición a sílice cristalina y reforzar las inspecciones laborales para garantizar que se proteja adecuadamente la salud de los trabajadores que fabrican y manipulan estos materiales. La experiencia australiana ha demostrado, así mismo, que el empleo del Valor Estadístico de la Vida proporciona un instrumento clave para enfrentar el dilema entre la preservación de empleos y la salud de los trabajadores.