El instituto de investigación sobre biodiversidad CIBIO de la Universidad de Alicante en colaboración con el Instituto de Ciencias Agrarias (ICA) del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la empresa de control biológico Bionostrum Pest Control, ha participado en un proyecto para analizar el efecto de variables atmosféricas de la estratosfera en insectos que fueron incluidos en un globo sonda.
La experimentación se enmarca dentro del programa ‘Tu experimento con globo sonda’, en el que han participado 15 centros de secundaria y formación profesional de la Comunidad de Madrid, coordinados por Institutos de Educación Secundaria (IES) Manuela Malasaña que han contado con la colaboración de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Los científicos y técnicos han participado este año por primera vez en este proyecto, actuando como mentores en los centros incluidos en la iniciativa. La profesora María Ángeles Marcos García, catedrática de Zoología del Instituto CIBIO de la Universidad de Alicante, ha sido la responsable de los protocolos de experimentación con el insecto Sphaerophoria rueppellii, un díptero sírfido utilizado en control biológico de pulgones, con ejemplares por la empresa Bionostrum.
El programa se inició en marzo con un curso de formación para los profesores responsables, que recibieron información sobre las cuestiones de investigación y la parte práctica de la experiencia. A su vez, los contenidos fueron trabajados en el aula con el alumnado, que participó en el lanzamiento del globo sonda.
El pasado jueves 30 de mayo, se realizó el lanzamiento de un globo sonda para estudiar la estratosfera y sus efectos en pulgones y sírfidos con el objetivo de medir el impacto de la estancia en la estratosfera en estos organismos vivos.
El dispositivo partió desde el Castillo de Coca, en Segovia, superando los 24.600 metros, el doble de la altura a la que viaja un avión comercial. Es el nivel de la tropopausa, zona de transición entre la troposfera y la estratosfera, donde la capa de ozono alcanza la máxima altitud y las temperaturas bajan de los 50 grados bajo cero.
La duración del vuelo fue de una hora y media y se transmitió por telemetría cada 10 segundos, tanto por la red de radioaficionados como por internet y fue seguido desde diversos puntos de España.
Posteriormente, el alumnado hará un seguimiento de los insectos para detectar los efectos que el viaje ha podido causar sobre ellos. Los datos se volcarán en tablas y se realizarán representaciones gráficas, tratando de encontrar alguna pauta que indique los efectos de su estancia en la estratosfera. Además, se redactará un informe final que documente los resultados.