‘Entreculturas’ trasforma durante diciembre al Bibelot en café solidario

La Fundación Entreculturas, para la Educación y el Desarrollo de los Pueblos y el café Bibelot celebran ‘Diciembre solidario’, un mes durante el cual una parte de cada consumición irá destinada a la financiación de proyectos educativos en países de América Latina, África y Asia.Cada desayuno, café o copa contribuirá al desarrollo de diversos proyectos de cooperación para llevar la educación a los pueblos excluidos de estos tres continentes del mundo. De esta forma, a lo largo de este mes solidario del café Bibelot, habrá un día especial, el 20 de diciembre, en el que tendrá lugar la celebración de ‘Sonidos de África’. En esta fiesta, que comenzará a partir de las 22.30 horas, se sortearán regalos relacionados con las actividades que desarrolla la Fundación para la Educación y el Desarrollo de los Pueblos. Asimismo, se rifarán objetos procedentes de los países en los que Entreculturas desarrolla su actividad, principalmente de África. 

Esta actividad solidaria persigue el fin último de Entreculturas, que todos los niños del mundo puedan acceder a la educación, ya que para esta ONG es una herramienta fundamental para el desarrollo, transformación, cambio social y diálogo entre culturas.

Asimismo, el café Bibelot va a ceder durante todo el mes de diciembre un espacio en su expositor para que la Fundación Entreculturas pueda dar a conocer a todos los visitantes del café el trabajo que realiza y los proyectos que lleva a cabo en todo el mundo. Asimismo, durante todo el mes, Entreculturas proyectará en un televisor un video en el que se explicará el trabajo que se lleva a cabo, con el fin de recaudar ayudas para la consecución de estos proyectos.

Con el fin de que la iniciativa sea todo un éxito y recaude fondos para poder financiar el desarrollo de programas educativos en países subdesarrollados, la ONG Entreculturas anima a toda la ciudadanía a visitar la cafetería, situada en la calle Eduardo Pérez 20, junto a la Catedral, y ayudar así con sus consumiciones a la formación de niños de pueblos excluidos.

Escuelas que cambian el mundo 

Entreculturas defiende que las poblaciones pobres no merecen una pobre educación, sino una educación de calidad que ayude a romper el círculo de la pobreza. Por ello promueve ‘escuelas que cambian el mundo’. Se trata de escuelas donde los niños y niñas aprendan no sólo a ser, a hacer, a conocer y a convivir, como indica el informe a la UNESCO sobre la educación para el siglo XXI, sino también a cambiar la sociedad en la que viven.

“Una educación de calidad implica desarrollarse como seres humanos, hombres y mujeres en equidad de género, en ejercicio de democracia plena, no de ensayo, sino real en el aula. Que la escuela se presente como una posibilidad de convivencia pacífica y armoniosa", apunta Julia Fernández, directora del colegio 52 de Fe y Alegría en Ilo, Perú. Este Movimiento de Educación Popular presente en 18 países es el principal socio local de Entreculturas en América Latina.

Escuelas en las que las comunidades estén implicadas: construyendo o reparando aulas, preparando y distribuyendo el desayuno para estudiantes que, en muchos casos, no cuentan con una alimentación suficiente en sus casas, apoyando el estudio de sus hijos o utilizando las infraestructuras de las escuelas para su propia formación.

Escuelas que, a su vez, estén implicadas en la transformación de la sociedad como sucede con la Escuela Alternativa de Fe y Alegría en Manaos, Brasil, en la que se apoya a alumnos de la escuela pública para llenar sus vacíos educativos y puedan así acceder a la universidad. Fe y Alegría pretende, de esta forma, crear grupos de profesionales que puedan modificar su práctica profesional y comprometerse con la realidad desde la que salieron. Pero acudiendo a esta Escuela, los chicos y chicas tienen que dejar de realizar trabajos que les permitan aportar un ingreso a la familia.

Para suplir estos ingresos y evitar el abandono del colegio, la Escuela Alternativa quiere poner en marcha un proyecto de microcréditos educativos. “Los microcréditos se destinan a grupos de cinco o seis familias para que formen una cooperativa y monten un negocio. Durante cinco años, las familias contarán con un capital semilla y con la ayuda de un asistente social que apoyará en la implementación, educación y desarrollo de la cooperativa”, nos explica Roberto Jaramillo, Superior de los Jesuitas en la Amazonía y responsable de la Escuela Alternativa.

 

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