El sol ha jugado siempre un papel esencial en la agricultura de la provincia, desde los Millares hasta la agricultura bajo plástico de nuestros días. La Universidad de Almería y la Plataforma Solar han dado un paso más en el uso de esta fuente como recurso agrícola. A través del programa «Fitosol» los investigadores trabajan en la aplicación de la energía solar para la desinfección de aguas de riego a través de la energía solar. Estas investigaciones están consiguiendo destruir patógenos que causan enfermedades a las plantas y cuantiosas pérdidas a los agricultores.
El enclave almeriense ha sido desde antiguo un lugar agrícola especialmente fértil. La idoneidad de sus suelos para el cultivo, la presencia de cauces de aguas limpias y acuíferos subterráneos, permitieron que hace ya más de seis milenios, nuestros tatarabuelos de Los Millares disfrutaran de cultivos tan "mediterráneos" como la vid, el olivo y algunos cereales. Esto no hubiese sido posible sin la inestimable presencia, casi perpetua en nuestra provincia, del Astro Rey.
El sol brindó a nuestros antepasados el lujo de comer habas verdes en los meses de invierno y, con el siglo XXI caminando a paso ligero, esa misma estrella nos permite obtener hortalizas frescas durante todos los días del año gracias a los cultivos bajo plástico.
Almería nunca ha dejado de mirar al sol, si no de frente, por lo menos de reojo. El sol atrae a sabrosos turistas para nuestra economía, ha permitido la electrificación sostenible de zonas rurales y uno en concreto, el de Portocarrero, se ha constituido en símbolo de identidad colectiva. La deuda contraída con ‘nuestra estrella’ es enorme, pero … ¿Puede ofrecer todavía algo más el Sol a nuestra agricultura? ¿Se puede ir más allá en la producción hortícola gracias al Sol?
Una respuesta en positivo.
La ciencia nos dice que sí, y en muchas direcciones. Uno de esos caminos, soleado y fértil, es el que han tomado en buena compañía investigadores de la Plataforma Solar de Almería: Pilar Fernández, Cosima Sichel y Julián Blanco, y de la Universidad de Almería: los doctores Miguel de Cara y Julio C. Tello.
Desde la PSA llevaban años estudiando cómo desinfectar el agua potable para consumo humano mediante el aprovechamiento de la energía solar. Los resultados eran prometedores. Se había conseguido, por ejemplo, controlar la bacteria Escherichia coli, causante de la gastroenteritis en humanos.
Pero si por algo destacan los científicos es por ir un poco más allá, por hacerse nuevas preguntas… y surgieron las dudas ¿Existen en el agua de riego microbios que puedan preocupar al agricultor? ¿Sería posible la aplicación del sistema en la desinfección de aguas de riego? En este punto los científicos de la PSA, encabezados por Pilar Fernández y Julián Blanco, se pusieron en contacto con la Universidad de Almería.
Los investigadores del grupo AGR-200, coordinados por Julio César Tello, trabaja diferentes aspectos de los sistemas mediterráneos de producción hortícola. Una de sus prioridades es el estudio de las enfermedades de plantas, por lo que sus respuestas fueron rápidas y afirmativas. Efectivamente, la desinfección del agua para riego supone un método más del manejo de las enfermedades que aparecen en los cultivos.
Existen múltiples microorganismos que pueden circular en el agua de riego y llegar a enfermar a las plantas cultivadas. Pero los principales fitopatógenos de estos cultivos no son de naturaleza bacteriana. Son hongos que habitan el suelo y afectan a las raíces o al sistema vascular de las plantas. El reto sería mayor. Ya no se trataba de limitar la contaminación de una bacteria como la Escherichia coli, sino que el sistema solar de desinfección tendría que inactivar a unos organismos muy diferentes, los hongos fitopatógenos, si quería ser verdaderamente útil para el agricultor. […]
Descargar artículo entero nº 36 – Energía Solar contra las plagas. Mayo 2008
