Energías renovables, ¿tocadas por la moratoria?

Rioja cuenta con una planta fotovoltaica inaugurada hace dos años.

La moratoria a las primas para las energías renovables pone un freno al desarrollo de Almería, que había apostado fuertemente por estas tecnologías como uno de los motores de desarrollo de entornos rurales. La decisión su puede saldar con la pérdida de oportunidades para un sector que emplea a unas 300 personas y que está en pleno crecimiento.

 

Serón es un municipio conocido por su jamón y sus productos derivados del cerdo. Sin embargo, en los últimos años, a esta industria tradicional se le unieron las energías renovables, una fuente económica que deja, sólo en el Ayuntamiento, cerca de 1.400.000 euros al año. Otros muchos pueblos de Almería como Lucainena de las Torres, Las Tres Villas, Sorbas, Lubrín o Vélez Rubio, por poner algunos ejemplos, son municipios azotados por el viento, el mismo que en su día se llevó a parte de su población joven en busca de nuevas oportunidades, y que hoy día es sinónimo de prosperidad económica. La apuesta por un modelo económico sostenible y de futuro, como es el de las energías renovables ha permitido el avance económico de estos entornos olvidados; ha permitido la generación de unos 300 puestos de trabajo directos y estables para el mantenimiento de estas instalacione; ha permitido colocar a Almería como la segunda provincia de Andalucía con mayor capacidad de producción de energía limpia.

Ahora, esta oportunidad para el desarrollo de la provincia de Almería está en peligro, después de la aprobación de la moratoria en las primas que reciben los productores de energías renovables, unas ayudas públicas que hacían viables estas nuevas fuentes energéticas, capaces de tirar económicamente de entornos rurales desfavorecidos. Una moratoria en forma de decreto ley que ha dejado en el aire más de una veintena de instalaciones de cogeneración, 217 de producción fotovoltaica y 45 parques eólicos, cifras que en la práctica suponen empleo, desarrollo, oportunidades y, sobre todo, hacer de esta provincia un referente energético respetuoso con el medio ambiente.

Andasol, en Granada, fue la primera planta del mundo de energía termosolar.La aplicación de la moratoria se traducirá en que Almería asista a la paralización de una serie de proyectos e inversiones de más de un centenar de empresas, o lo que es lo mismo, la pérdida de oportunidades para un sector que ha sido capaz de generar unos 300 puestos de trabajo estables, principalmente en espacios rurales, justo donde más se echan en falta para evitar la despoblación de zonas especialmente deprimidas, según datos facilitados por la delegación almeriense de la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia. Y no sólo eso, sino que una decena de empresas de ingeniería y más de doscientas especializadas en las instalación de paneles fotovoltaicos se pueden ver afectadas por un parón en la instalación de esta tecnología, que los responsables de la patronal todavía no saben cifrar pero adelantan que será considerable.

En la provincia hay del orden de unas 500 instalaciones de energías renovables, de la que la gran mayoría, 465, son fotovoltaicas; 17 son aprovechamientos de energía eólica, capaces de poner en la red más de 90 Mw; y el resto corresponden al instalaciones de cogeneración, que supone una oportunidad de hacer más rentable la agricultura. Este mapa pone de manifiesto una realidad que no debe dejarse escapar, como el hecho de que esta medida, destinada al fomento de un sector emergente como las renovables.

“Estábamos esperanzados en que éste iba a ser un sector que se iba a seguir apoyando, por ser energía limpia y sostenible, pero parece que este Gobierno se olvida de esto, piensa más en las nucleares y en la producción energética, independientemente de lo que contamine y creo que esto es un error garrafal”, lamenta el alcalde de Serón, Juan Antonio Lorenzo. Serón es uno de los municipios que ha encontrado en las renovables una fuente importante de riqueza. El centenar de aerogeneradores instalados en su término municipal reporta anualmente al municipio 1.400.000 euros en impuestos, el 20% del presupuesto total del Ayuntamiento, y ha generado 40 puestos de trabajo directos para el mantenimiento de estos parques. Estas cifras son muy importantes para un municipio de menos de 2.400 habitantes y ponen de manifiesto la oportunidad de desarrollo que para este tipo de entornos representan las energías renovables. Y los ingresos no se detienen ahí, cada uno de los propietarios de los terrenos en los que se ubican parques eólicos recibe una media de 10.000 euros anuales por aerogenerador, una suerte de lotería que repercute directamente en la economía local, una oportunidad que ha reconvertido terrenos valdíos en auténticas fuentes de riqueza al auspicio de las corrientes de viento creadas por el intercambio térmico entre el Valle del Almanzora y la Comarca de Baza.

“Si no contáramos con los aerogeneradores estaríamos hablando de una situación mucho más complicada en el municipio, por las oportunidades de desarrollo que han dado: son puestos de trabajo, dinero para el ayuntamiento y también dinero para los propietarios de los terrenos que cuentan con unos ingresos fijos que también revierten en la economía del pueblo”, comenta el aldalde de Serón.

Con la aprobación de la moratoria de las primas a las energías renovables, este municipio ha visto cómo se ha quedado en el aire un nuevo parque eólico que iba a dar trabajo directo a unas treinta personas, y que iba movilizar a más de un centenar de trabajadores durante su construcción, todo para instalar unos modernos aerogeneradores capaces de alcanzar una producción de 3 Mw, uno más que los que hay actualmente instalados.

En la provincia de Almería no sólo se lamentan los dirigentes municipales, que ven a las instalaciones de energías renovables como una importante fuente de ingresos para las cajas de los consistorios, maltrechas a consecuencia de la crisis económica. También lo hace el empresariado que trabaja en este sector. Amador Martínez es presidente de Asempal Renovables, la patronal del sector que agrupa a un total de cuarenta empresas dedicadas a las diversas parcelas de las energías renovables. Amador Martínez todavía no cuenta con datos de cómo afectará moratoria de las primas, aunque adelanta de que tendrá sus consecuencias en las empresas del sector. El decreto “está frenando un sector que estaba en crecimiento, que en vez de generar empleo, como hacía, va destruirlo, y no va a haber emprendedores que quieran realizar actividades en torno a este sector porque se le están cerrando muchas puertas”, opina el presidente de Asempal Renovables, que lamenta que se hayan quedado sin ejecutar proyectos en Fiñana, Lúcar y Serón.

Pero desde Asempal Renovables advierten que el decreto de las primas a las renovables no sólo afectará a las empresas especializadas en este campo, sino que se extenderá a otras especializadas en trabajos eléctricos, que en su mayoría intervienen en la fase de construcción de las instalaciones, como empresas de electricidad o fontanería, por poner algunos ejemplos.

Y la pregunta que muchas personas se hacen es hasta qué punto son indispensables las primas para la supervivencia del sector de las renovables. En este sentido, Amador Martínez recone que las instalaciones fotovoltaicas y de cogeneración no podrían subsistir sin vender la electricidad primada, a pesar de que se han reducido enormemente los costes de los materiales ultilizados. Sin embargo, sí ve viable económicamente la energía eólica, de hecho, asegura que “seguirían pensando en continuar con sus instalaciones siempre y cuando se agilizaran los trámites administrativos y fueran mucho más flexibles”.

En este sentido también se pronuncia el director del Centro de Invenstigación de la Energía Solar (CIESOL), Manuel Pérez, entiende que “el sector debe, desde mi punto de vista, reconverstirse y reconocer que el negocio de las energías renovables no es un negocio que deba basarse en ayudas públicas”, sin embargo, éste es uno de los pasos más complicados, sobre todo después de que se haya creado una burbuja en torno a estas instalaciones, unos cantos de sirena que han llevado al sector a empresas a las que sólo les ha interesado aprovecharse de unas ayudas, en un entorno que ha carecido de un control que evitara desmanes en el reparto de ayudas.

El sueño de ver el desarrollo económico de la provincia vinculado a un sector respetuoso con el medio ambiente ha tenido su propio despertar con el Real Decreto Ley 1/2012, el primero del año, aprobado a finales de enero. Una zancadilla al desarrollo económico de esta provincia, que después de haber descubierto el maná de la agricultura estaba forjando una nueva estructra económica en torno a las energías renovables. Este Gobierno mantiene su confianza en la energía nuclear, esa misma de la que prácticamente nunca se dan cifras de lo que cuesta anualmente, de la que tampoco se ofrece una información detallada sobre los costes que conlleva la gestión de sus residuos, esa misma energía que puso a la Tierra en alerta después de la explosión de Fukushima, que ha acabado en que países de la importancia de Alemania haya aprobado un plan para acabar con todas sus centrales nucleares en un plazo relativamente corto.

Las ayudas a la producción de energías limpias era una medida destinada a impulsar el mayor desarrollo de un sector en el que España es líder internacional que , sin embargo, ha adolecido de una falta de control, así como una postura firme y con perspectiva sobre su evolución. “Es curioso que los términos burbuja y déficit tarifario sean ahora precisamente utilizados por los agentes económicos y sociales que habiendo tenido más capacidades de interveción para su corrección no hayan movido ni un dedo por hacerlo”, declara Manuel Pérez, que defiende la necesidad de haber contado con “criterios bien establecidos, control de proyectos y asunción de líneas estratégicas claras y no medidas estrictamente reactivas”, para controlar un sector que se iba de las manos.

En su día, a pocos se les escapaba que, como cualquier otra tecnología, la relacionada con la producción de energía renovable iba a ir disminuyendo su precio a medida que aumentara la venta de equipos y se fueran dando pasos en el desarrollo de nuevas fórmulas tecnológicas más baratas. Como ejemplo, los módulos fotovoltaicos son ahora un 75% más baratos que lo eran en 2008, según un estudio Bloomberg New Energy Finance; y el silicio, material base para la construcción de placas fotovoltaicas, ha pasado de costar 400 euros por kilo a sólo 30. Estos datos hacen pensar en el crecimiento de la burbuja, a partir de unas ayudas aprobadas cuando los precios de los paneles eran mucho más caros que ahora, aunque el mayor temor del Gobierno en cuanto al cobro de primas está depositado en las centrales termosolares, cuya proliferación iba a suponer que de los 400 millones que reciben actualmente en primas, se pasara a 3.500 en el año 2020, según las plantas previstas para todo el país.

El abaratamiento de la tecnología ha provocado que se engorde aún más la burbuja, pero sobre todo, que colectivos poco afines a las energías renovables las miren con recelo y las señalen como las causantes de muchos de los males que afectan al sistema eléctrico español, que se hacen más patentes de cara a los ciudadanos cuando se suceden las subidas en la factura de la luz para compensar un déficit tarifario que actualmente está situado en unos 24.000 millones de euros, según datos de la Comisión Nacional de la Energía.

La Plataforma Solar de Almería es uno de los centros más avanzados del mundo.Lo que ocurre también es que en torno a la energía hay cierto oscurantismo, son muchas las ocasiones en las que se olvida decir que España depende en un 77% de la energía producida en otros países, y que las renovables pueden ser el primer paso para lograr una mayor autonomía energética que no sacuda al país cada vez que hay una subida del crudo.

Aunque no se puede señalar a ninguna tecnología en concreto como causante de los problemas generados con las primas a las renovables. El caso de la energía fotovoltaica es paradigmático, no sólo en Almería, sino en el resto del país. Esta tecnología es la que más dinero se lleva en primas y la más instalada, a pesar de ser la menos productiva. En este sentido, Manuel Pérez explica que, a pesar de estos datos, la fotovoltaica “tiene un recorrido tecnológico amplísimo por desarrollar y no debe ser ni mucho menos despreciado”, y no considera el hecho de despreciar ninguna tecnología, porque ”todas deben tener su sitio en un marco de actuación coherente”.

El Real Decreto Ley 1/2012 significará, por otro lado, un retroceso para la investigación en estas tecnologías, parcela en la que Almería ocupa un lugar de privilegio a nivel internacional. En este sentido Manuel Pérez lamenta que el decreto afectará a la investigación en renovables, que “se va a ver afectada y además, desgraciadamente, por partida doble ya que van a coincidir las reducciones previstas en los programas nacionales genéricos con el frenazo que va a suponer esta medida a la demanda de innovación que planteaban las empresas para el desarrollo de nuevos proyectos”.

Sin embargo, no todo es negativo, y de alguna manera el Gobierno ha buscado una salida a las energías renovables basado en el concepto de la autosuficiencia energética. Con la apuesta por el autoconsumo y el balance neto se abre un campo “bastante bonito y que puede ser una oportunidad para las pymes del sector”, como apunta el presidente de Asempal Renovables. Todavía no está articulado y del todo definido, pero todo apunta a que se va a cambiar la política de primas por una de compensación, es decir, los productores de energía veran reducida su factura en función del volumen de energía que viertan sobre la red. Es un cambio de modelo, que se apoya en el abaratamiento de los materiales necesarios para un instalación fotovoltaica y facilita los trámites para poner en marcha, un cambio introducido que desde Asempal Renovables entienden que será “muy positivo” para el sector.

Este nuevo modelo está dirigido tanto a empresas como a particulares, se dirige a hacia un modelo de producción atomizado, enfocado hacia el autoconsumo, tal y como se ha probado con éxito en Alemania y Japón. “Al fin y al cabo, lo que se potencia es que parte de la energía que se consuma en las viviendas se obtenga de las energías renovables”, comenta Amador Martínez.

Desde luego, es necesaria una renovación del modelo energético de este país, pero como ya se ha señalado, coherente y que tenga en cuenta las posibilidades reales. Una revisión que no pase por matar la esperanza depositada en el sector de las energías limpias, capaz de generar empleo y riqueza, y que todavía debe ser muy bien explicado a la población. Es cuestión de mirar hacia el futuro.

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