El gordolobo produce unas llamativas flores amarillas. Investigadores del grupo Bioforce de Instituto Botánico de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), en colaboración con el grupo de Biotecnología de Virus de Plantas del IBMCP (CSIC, Valencia), han descubierto la enzima responsable del color amarillo de estas flores, el mismo que también da color a la planta del azafrán.
Este estudio, publicado en la revista Plant Journal, sienta las bases para la producción de estos pigmentos en otras plantas, como el tomafrán, el híbrido de tomate y azafrán desarrollado por los investigadores del grupo Bioforce.
Cuál es la sustancia que da el color amarillo a las flores de gordolobo
El pigmento responsable de esta coloración, como explican los investigadores, se ha identificado como la crocina, el mismo que se encuentra en la especia del azafrán. El grupo ha identificado además las enzimas claves responsables de la generación de estos pigmentos en el gordolobo, que pertenecen a la misma familia de enzimas que previamente habían descubierto en el azafrán, habiendo demostrado su actividad tanto en células bacterianas como en plantas de tabaco, usando vectores virales y obteniendo en este sistema altas concentraciones de crocinas.
Esta investigación proporciona, como señalan, nuevas herramientas moleculares para la producción de estos pigmentos en otros sistemas, como el caso de ‘Tomafrán’, generado por este equipo. Además, pone de manifiesto el potencial del gordolobo como fuente alternativa de crocinas, dado que es una planta que crece en sitios con suelo pobre, medio alterado por incendios, campos abandonados o pastos. “Las semillas pueden permanecer viables durante más de cien años, y tolera bien el estrés xenobiótico y abiótico, siendo un cultivo ya adaptado al cambio climático”, afirman.
A parte del valor de las flores por contener crocinas, hay que recordar que las hojas de gordolobo tienen propiedades mucolíticas, expectorantes y emolientes y que se utilizan para tratar trastornos respiratorios como tos seca, bronquitis, asma y tuberculosis. Además, se utilizan para el tratamiento de hemorroides, dolores reumáticos, infecciones superficiales por hongos, heridas y diarrea.