La Residencia de Estudiantes propició a principios del siglo XX, bajo el paraguas de la Institución Libre de Enseñanza que la auspició, la llegada a Madrid de una gran cantidad de estudiantes provenientes de todas las provincias españolas, hombres y mujeres jóvenes que tuvieron con ello la oportunidad de estudiar en la Universidad Central, con lo que, al amparo de ello, ese espacio albergó a los principales artistas representantes de la que se conoce como la Edad de Plata.
Entre ellos se encuentran mujeres como Concha Méndez, Maruja Mayo, María Zambrano o Zenobia Camprubí, pero por la Residencia de Estudiantes también pasaron otras mujeres que, aunque no destacaron en el mundo de las artes y quedaron por ello más olvidadas, sí contribuyeron y protagonizaron el gran cambio generacional que se produjo entonces: la creación de las mujeres profesionales, ya que estas jóvenes se trasladaban a Madrid a estudiar para posteriormente convertirse en profesionales.
Este amplio elenco y colectivo de mujeres pioneras es el que rescata la profesora de Historia de la Universidad de Huelva Encarnación Lemus en su libro ‘Ellas: las Estudiantes de la Residencia de Señoritas’, título que hace mención al nombre que se le daba al edificio donde se hospedaban las representantes del grupo femenino de la Residencia de Estudiantes, creado solo cinco años después de su creación, en 1915.
Se trata de mujeres pioneras en el mundo de las ciencias, la investigación y las humanidades, entre ellas Cecilia García de la Cosa, que aprobó las oposiciones como médico de la Marina Mercante, o la onubense María García Escalera, una de las primeras médicas de España, que abrió en Huelva la primera clínica ginecológica que se crea en Andalucía.
Otros casos destacados que se recogen en esta investigación son los de Loreto Tapias y Matutina Rodríguez, dos médicas que, aunque no eran onubenses, se convierten en la primera y segunda mujer que se colegian en Huelva, tras lo que pasan a ejercer la Medicina en la provincia onubense, concretamente en Minas de Riotinto.
Todas son “mujeres que no tenían casi ningún ejemplo detrás y que crean soluciones para una vida distinta que han elegido y sobre la que no tienen modelos a seguir”, subraya la autora de esta publicación, para quien la Residencia de Estudiantes, creada en 2010, fue una “experiencia sobresaliente para impulsar la llegada a de jóvenes de las provincias a Madrid para que estudiar en la Universidad Central”.
“Una de las premisas de la Institución Libre de Enseñanza era ocuparse, en un plano de igualdad, de la educación femenina, por lo que va surgiendo la idea de crear un grupo femenino para la Residencia de Estudiantes”, prosigue Encarnación Lemus, tras lo que explica que, en 1915, tras la construcción de nuevos edificios con los que dar cabida a todo el movimiento estudiantil, un espacio se reserva para el grupo femenino y se rebautiza con el nombre de residencia de señoritas.