Uno de los pensadores españoles más importantes de los últimos tiempos, el filósofo sevillano Emilio Lledó, considerado como por muchos como ‘el sabio oficial de España’, ha estado estos días en Almería con motivo de los premios del Consejo Social de la Universidad de Almería y de su participación este jueves en el ciclo de conferencias ‘Pensar en futuro’, también del Consejo Social de la UAL.
Tras una entrevista con el rector de la Universidad de Almería, Carmelo Rodríguez, y la posterior firma en el libro de honor, Lledó se ha dirigido a un Paraninfo a rebosar que esperaba expectante la conferencia de este Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2015, quien además es miembro de la Real Academia Española en la que ocupa el sillón ele minúscula.
Su conferencia ‘Esperanza en la Educación’ ha sido una charla amena y participativa en la que el filósofo español ha ido contando su experiencia como profesor y filósofo. Lledó ha lanzado un mensaje a los estudiantes de la UAL: “que crean en la cultura, en la formación y se olviden en principio de que tienen que ‘colocarse’ después. Eso es la muerte de la universidad”. El filósofo cree que “crear una universidad donde la obsesión sea buscar salidas es una manera de encontrar puertas, portones y cerramientos. Hay que amar la cultura porque es vida y esperanza y la esperanza es futuro”.
Además, ha hablado del que a su juicio es el camino que debe seguir la Educación. “Desde pequeños hay que crear capacidad de sugestión de amor hacia la cultura. No hay que darles a los niños conocimientos cuadriculados en la cabeza –lo que yo llamo grumos mentales, grumos pringosos- que atascan el cerebro e impiden la fluidez que las neuronas necesitan”.
El filósofo español se ha mostrado feliz de estar en la UAL. “Venir a esta Universidad da alegría y libertad por estar al lado del mar, un privilegio que espero sepáis gozar. Para mí el mar es algo que me emociona y una expresión de libertad y esperanza”.
Tras mudarse con seis años a la localidad madrileña de Vicálvaro, estudió en el Instituto Cervantes, se licenció en Filosofía y se trasladó a Alemania a culminar su formación y trabajar como profesor. Más tarde regresaría a España y sería profesor en el instituto Núñez de Arce de Valladolid, en la Universidad de La Laguna, en la de Barcelona y en la UNED. Una de sus frases más célebre es “La libertad de expresión es fundamental, pero lo verdaderamente importante es que haya libertad de pensar”.