Hace ya tiempo que decidí crear la sección de Conferencias y de Conferenciantes en Jondoweb. El objetivo que me movió a desarrollarla (más de tres meses de trabajo), fue crear un escaparate para que los programadores pudieran consultar por un lado, qué investigadores trabajan en un determinado tema, y por otro, qué temas son los que han estudiado cada conferenciante/investigador. Me consta que esta sección ha servido a mucha gente para programar ciclos y seminarios en su entorno contando con los que más saben del tema a tratar, pero lamentablemente, aún seguimos asistiendo al bochornoso espectáculo que ofrece un aficionadillo de medio pelo que se ha leído uno o dos libros, y siendo “el tuerto en el país de los ciegos”, se tira a la piscina sin agua como flamencólogo-especialista-estudioso-investigador-osabediosqué, a disertar sobre flamencos y otras especies en la peña de turno con alguna peregrina idea que se saca de la manga.
Así, asistimos a charlas en la que nada aprendemos o peor, aquellos que saben poco o nada, aprenden datos e historias que ya eran obsoletas, por falsas, cuando Tutankamon iba en brazos de su padre Akenatón. Pero yo no responsabilizo a estos temerarios del atril, sino a quienes delegan en ellos esta función. Quien esto hace, lo hace seguramente porque reconoce en el indocumentado la posesión del conocimiento. Dicen que “la ignorancia es la madre del atrevimiento”.
En cualquier caso, sorprende que se denuncie vehementemente el intrusismo en la producción, management y otras labores del tejido empresarial, y sin embargo, permanezcamos inmóviles ante el intrusismo en la divulgación del conocimiento.