Vaya por delante el posicionamiento del Alcalde de esta ciudad, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, de quien rubrica estas líneas y del actual Equipo de Gobierno en contra de cualquier traslado ferroviario que pueda plantearse en esta ciudad y que suponga seguir ahondando la herida abierta que hoy todavía padecemos. Resulta cuanto menos un contrasentido defender, como venimos haciendo, un soterramiento integral de las vías del tren que suponga el fin de una histórica brecha que divide la ciudad y plantear, simultáneamente, una hipotética llegada del mineral de Alquife circulando por las vías del tren en superficie.
El Ayuntamiento de Almería, miembro como es del Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria, no ha sido ajeno a las conversaciones que se han mantenido entre la empresa Minas de Alquife y los responsables del Puerto de Almería. Conocemos, por tanto, el proyecto y desde una posición prudente, alejada del ruido mediático que suele producirse alrededor de este tipo de informaciones, la actitud vigilante que el Ayuntamiento mantiene sobre este asunto no debe entenderse como silenciosa, mucho menos desinteresada.
Sin duda que el principal escollo que tiene este proyecto es la salida hacia el Puerto del mineral transportado. Y no sólo por las consecuencias medioambientales que conlleva esta actividad, durante años soportadas por esta ciudad y cuyas huellas aún hoy permanecen. El Ayuntamiento de Almería no está por la labor de avalar un proyecto de estas características sin plantear una solución soterrada a la conexión con el Puerto. El estudio informativo encargado para esta interconexión tendrá la clave del devenir de un proyecto de esta envergadura.
Es evidente, por tanto, que las soluciones técnicas que pueda plantear la empresa, dentro del marco de las conversaciones y negociaciones que viene manteniendo con la Autoridad Portuaria pasan, indefectiblemente, por el tránsito del ferrocarril y de su carga mineral bajo superficie, garantizando además el cumplimiento de unas condiciones medioambientales. No se puede plantear, bajo ningún concepto, el trasiego y circulación de ciento cuarenta trenes semanales, setenta de entrada y otros tantos de salida, de gran capacidad, discurriendo en superficie. Quien afirma que “poner en peligro un proyecto por tan sólo 200 metros de línea férrea es un poco duro”, quizá advirtiendo la posibilidad de producirse una circulación en superficie de trenes a lo largo del tramo que discurre entre la estación Intermodal y el Puerto, sin duda desconoce los intereses y prioridades de esta ciudad. Resulta del todo inaceptable un planteamiento técnico de estas características, en definitiva, un disparate.
Si la definición de la Autoridad Portuaria, de la Junta de Andalucía o cualquier otra institución o administración competente sobre este asunto se fijara en tal dirección, la posición del Ayuntamiento es determinante, firme y decidida. Nadie puede dudar del lugar que este Equipo de Gobierno ocuparía al frente de cualquier reivindicación o exigencia de responsabilidades que pudiera producirse en defensa de los intereses de la ciudad. Las soluciones que esta iniciativa deba plantear, a nivel técnico y medioambiental, no pueden suponer ningún paso atrás en el modelo de ciudad que queremos, una conjunción de avance y progreso con sostenibilidad medioambiental y calidad de vida para nuestros ciudadanos.
