Cada año se diagnostican en el mundo más de 3 millones de casos de cáncer de piel. Los rayos de Sol han ganado en potencia y la exposición solar se ha convertido en un hábito peligroso, para el que se necesita protección. Ahora, un equipo de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) estudia los componentes de unas algas rojas, que pueden ser fundamentales para el desarrollo de protectores solares sostenibles y más potentes.

Según la organización Green Cross, cada año terminan en los océanos unas 25.000 toneladas de protector solar, muchos de cuyos componentes –como la oxibenzona y el octil metoxicinamato– se usan no solo en cosméticos sino también en plásticos para protegerlos del sol. El problema es que, al bañarnos en el mar con estos productos, los químicos se liberan y se dispersan por los ecosistemas marinos afectando a peces, corales y otros organismos. La Unión Europea y la Unesco ya alertan sobre esta creciente forma de contaminación.
Ante esta paradoja de salud humana y ambiental, la investigación de Eibar Angulo Núñez, magíster en Química de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), aparece como un salvavidas a futuro, pues él encontró que las algas rojas tienen el potencial para incluirlas en los próximos años en un producto comercial contra los rayos ultravioleta.
Qué compuestos de las algas rojas pueden ser la base de protectores solares sostenibles
En su investigación encontró que estas microalgas –llamadas así porque pueden medir entre 5 y 30 cm– tienen en su piel compuestos de aminoácidos tipo micosporina (MAAs), conocidos por su capacidad de absorber radiación UV, que forman parte de los pigmentos que le dan el tono rojizo al entrar en contacto con estos rayos.
El investigador halló que particularmente los extractos acuosos de la especie Laurencia sp. lograron un factor de protección solar (FPS) del 23 %, un porcentaje equiparable con el de productos comerciales y cremas que ya incorporan este tipo de compuestos en otras partes del mundo, mostrando el potencial de las algas rojas de San Andrés.
Por qué usar protectores solares hechos con algas rojas
Lo interesante es que estos organismos forman parte de los ecosistemas marinos, por lo que se podría potenciar un recurso que ya se tiene. Entre las 17 especies de algas rojas analizadas por el experto hay otras 2 que también llamaron la atención por sus propiedades: Gracilariopsis sp. y Acanthophora spicifera.
Estas dos, igual que Laurencia sp., pertenecen a un grupo de algas que son fundamentales para la vida de peces, mariscos y moluscos que se alimentan de ellas, pero que a su vez son usadas como hogar o lugar de apareamiento, como es el caso del pez payaso, famoso en el imaginario de las personas por la película Buscando a Nemo.
Recolectando a plena luz del día
El investigador Angulo recorrió las regiones colombianas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina buscando estas algas, y recolectó las suficientes para no hacerle daño al ecosistema que se beneficia de su presencia, es decir máximo 1 kg en algunas especies y tan solo algunos gramos en otras.
Luego las almacenó en neveras de los laboratorios de la UNAL Sede Caribe retirando las sales y la arena, para posteriormente enviarlas a Bogotá donde se analizaron con un mayor nivel de profundidad. El frío es fundamental para conservar las propiedades químicas de estos organismos, por lo que se manejaban temperaturas de alrededor de -20 °C.

Cómo se obtienen los compuestos de microalgas para protectores solares
Para obtener los compuestos de interés en las algas y examinarlos se elaboraron cuatro soluciones con sustancias como metanol y butanol, que al entrar en contacto con las plantas permiten visualizar los extractos con propiedades fotoprotectoras. Se obtuvieron 208 extractos que se analizaron en el lenguaje de programación R para hacer un mapa de calor y encontrar aquellos con una mejor acción, y radiografías magnéticas nucleares para ver las fracciones de cada uno en las que hay un mayor potencial.
Entre los instrumentos usados están: un espectrofotómetro de barrido, en el cual se someten las muestras a radiación con un láser simulando lo que serían los distintos tipos de rayos ultravioleta; una radiografía magnética nuclear, para evaluar la composición de los extractos y sus porcentajes de protección; y la cromatografía líquida de alto rendimiento (HPLC), que separa y clasifica cada compuesto.
Qué especies marinas son las más interesantes
En este punto se escogieron los compuestos químicos de Gracilariopsis sp. y Acanthophora spicifera como los mejores, ya que, por un lado, tenían porcentajes mayores de FPS, y, por otro, eran capaces de brindar una mayor seguridad frente a un grupo de rayos ultravioleta que a veces se dejan de lado, pero que son uno de los grandes causantes de manchas y arrugas en la piel: los rayos UVA.
Los protectores solares comerciales tienen altos factores de protección porque usan gran cantidad de sustancias como la benzoferona-3. Esta proporción de químicos sintéticos se podría reducir empleando los componentes de las algas en una mayor concentración, como ingrediente adicional.
En la investigación también se compararon los compuestos con la benzoferona-3, y se observó que tanto los aminoácidos de tipo micosporina como un grupo de ácidos grasos en las algas –cuyo efecto fotoprotector no se había reportado antes– demostraron tener porcentajes similares de protección y una gama más amplia de resistencia ante distintos tipos de rayos UV.
Los hallazgos forman parte del esfuerzo del grupo de investigación en el estudio y aprovechamiento de productos naturales marinos y frutas de Colombia, de la UNAL, del que forma parte el profesor Freddy Alejandro Ramos Rodríguez, quien dirigió el estudio sobre las algas rojas.