Una revisión musical del clásico de Saint-Exupéry llenó de ilusión y alegría la tarde del domingo, en el Auditorio Maestro Padilla. La compañía Telón Tolón puso en escena un musical basado en ‘El Principito’, una propuesta adaptada a toda la familia y en la que transmiten un conjunto de valores universales.
Efectivamente, el público ha estado compuesto en su mayoría por familias y los más pequeños han podido disfrutar de una versión cercana y amigable de ‘El Principito’, desarrollada por dos actores, en los personajes del propio Principito y del amigo que añora en su planeta, un pequeño planeta apenas del tamaño de una casa, acompañados ambos por un coro de cinco niños que completan una puesta en escena dinámica, cómplice y muy musical.
Niños y mayores han podido compartir las reflexiones de ‘El Principito’ acerca del amor, de la amistad, de la soledad, del tiempo y, sobre todo, de los hombres, esos seres que él añora en su solitario planeta, pero que cuando los conoce no termina de comprenderlos, ni a ellos ni a su forma de vida y de relacionarse.
“Los hombres siempre van con prisa”, le llega a decir su casual amigo, un aviador que por casualidad aterriza en su mundo y que comparte con él las aventuras del desierto. “Los hombres desean cosas, pero cuando las tienen no saben qué hacer con ellas”, replica él en otro de los pasajes, en un análisis sencillo pero al mismo tiempo profundo acerca de las relaciones humanas, planteado siempre por Telón Tolón en un formato infantil, asequible pero al mismo tiempo hondo.
Algo más de una hora ha durado la representación de este ‘El Principito’, que con un pianista en el fondo del escenario, separado de la escena principal por una seda que dejaba ver sus movimientos y con un único tema musical, repetido durante todas las escenas en diferentes formatos y tempos, ha metido a todos los presentes en la historia de un solitario y joven príncipe que encuentra por fin alguien con quien compartir sus experiencias, más allá de las flores, del sol, de la luna y de las estrellas.