El Museo de la Universidad de Alicante inaugura esta tarde la exposición singular: “Especias. El Universo del sabor”. Organizada por la Cátedra Carmencita de Estudios del Sabor Gastronómico, la muestra será inaugurada por el rector de la UA, Manuel Palomar, y permanecerá abierta al público en la Sala El Cub hasta el 7 de abril para ofrecer al visitante una propuesta sensorial diferente, centrada en cómo hierbas culinarias nos seducen por su poder aromático y sápido, transformando la materia prima más humilde, incrementando su sabor, color y aroma.
La exposición ocupa cerca de 300m2 y cuenta con seis mesas didácticas, en las que también se aborda el elevado valor cosmético y medicinal de las especias. Cada mesa está integrada por paneles explicativos rodeados de las plantas originales y las especias listas para su comercialización, lo que imprime al recorrido expositivo un camino sensorial a través de los aromas.
Los organizadores afirman que, a pesar de su apariencia insignificante, exiguo tamaño y escaso precio, las especias han tenido un gran poder e influencia en nuestra historia. Además de aportar carácter y personalidad a nuestros platos, han servido como moneda de cambio, impulsado la conquista de territorios, provocado guerras y transformado nuestros hábitos sociales. Además, su poder antiséptico ha hecho que desempeñen un papel importante en la despensa de diversas civilizaciones. Antes de que los frigoríficos domésticos entraran en nuestra vida (hacia los años 30 del siglo XX) solucionaban un gran problema, al prolongar la vida útil de los alimentos.
Además del uso culinario, las hierbas aromáticas y las especies tienen un gran valor cosmético y medicinal. Sus aceites esenciales proporcionan varios efectos: antimicrobiano, antiparasitario, cicatrizante, antiinflamatorio… de forma que antes de la generalización del uso de medicamentos se prescribían remedios naturales preparados con ellas. Sin embargo, aseguran, nuestra atracción hacia las especias se debe también al aire misterioso en el que venían envueltas cuando llegaban en barco o desde Oriente en caravana, traían un cargamento invisible, un saco repleto de supersticiones y mitos que les atribuían poderes mágicos y milagrosos. Exóticas, oriundas de tierras lejanas y desconocidas, los mercaderes que comerciaban con ellas contribuían a aumentar la leyenda con narraciones inventadas con el fin de preservar el negocio ante posibles competidores.