El Músico Juan F. Padilla promueve la primera web del mundo sobre Antonio de Torres

Antonio de Torres

El genio construyó 320 guitarras. Sólo existen hoy 66.

El músico Juan Francisco Padilla presenta este viernes el primer sitio en Internet dedicado a difundir la figura de Antonio de Torres y su obra. Padilla se ha rodeado en este proyecto de varios músicos que participan en el Certamen Internacional de Guitarra Clásica Julián Arcas de Cajamar, y darán a conocer la web este viernes a las 10.30 horas, en la empresa C&M, a espaldas del Hotel Elba. Padilla es músico y director artístico de dicho Certamen, y en la presentación estarán personajes de la talla de David Russell, concertista internacional de guitarra, Iván Rijos, también concertista, Juan Miguel González, constructor de guitarras, Joaquín Pierre Canales, técnico de Patrimonio Histórico, y Carlos Padilla, gerente de C&M Comunicación y Multimedia, creadores de la web.

La página web recoge toda la información sobre la figura de Antonio de Torres, natural de Almería, y conocido en el siglo XIX como el ‘Stradivarius de la guitarra’ por ser el responsable de la guitarra clásica tal y como la conocemos en la actualidad.

Antonio de Torres Jurado, nació en la Cañada de San Urbano(Almeria) en 1817 y murió en Almeria en 1.892. Aprendió el oficio de carpintero en la localidad de Vera y durante algunos años ejerce como tal, hasta llegar a Granada en 1.850 donde José Pernas en la calle de la Plazuela, 8 ,le instruye en le arte de construir guitarras. Torres dejo a todo el mundo asombrado, puesto que no tenía antecedentes familiares de guitarreros y teniendo en cuenta que aprendió el oficio de guitarrero a los 33 años, consiguió unos resultados excelentes. Él junto a otros guitarreros crearon una guitarra básica, simple y elegante, con una cabeza esbelta y curvas pronunciadas.

También privilegiaron muy pronto ciertas maderas despreciadas en otros países de Europa, especialmente las derivadas de palisandros y cipreses, que todavía se usan actualmente en las guitarras de flamenco. La decoración de éstos se limitaba a lo mínimo, ya que se construían ante todo para tocarse. Los guitarreros españoles, pragmáticos, habían comprendido antes que otros que las cajas demasiado decoradas eran bellas en detrimento del sonido, y que un traste decorado, aunque hermoso, era incomodo para el guitarrista. La cabeza de tales guitarras, desde el siglo XVIII, era larga, plana y equipada con clavijas de madera rudimentarias, acomodables por simple fricción (tales características son aún vigentes en las guitarras de flamenco). Aunque el resto de Europa había adoptado la guitarra de seis cuerdas simples, España permaneció fiel durante mucho tiempo a los instrumentos de seis órdenes iguales quizá porque su mayor volumen era el más conveniente para su uso preferido: al acompañamiento de cantes y bailes Andaluces.

No fue hasta 1820 que adoptaron la guitarra de seis cuerdas simples, mediante las innovaciones de Torres, el "Stradivarius de la guitarra", y a partir de entonces el instrumento evolucionó hasta la forma clásica que conocemos actualmente. Hay poca información sobre la época que pasó junto a José Pernás, pero lo que sí se sabe es que el encuentro con el concertista Julián Arcas fué determinante para que Torres decidiera dedicarse exclusivamente a la construcción de guitarras. En este encuentro Arcas le expuso los problemas de volumen sonoro que los guitarristas encontraban en las guitarras que se construían en aquellos momentos.

Su llamada primera época como constructor discurre en Sevilla entre los años 1854 y 1869, y en sus etiquetas de este periodo pone: " Por D. Antonio de Torres (en otros sin el "de") Calle Cerrageria, 32 ( en alguna Cerrajeria) Sevilla nº 32 año: 186…… El oficio de guitarrero no alcanza para mantener a la familia, por lo que en 1870 abandona Sevilla y se instala en Almeria , donde monta un bazar de porcelanas y cristalería.

A partir de1880 y hasta 1892 transcurre su segunda época como constructor de guitarras, pero sólo construye para sus amigos y no como medio de subsistencia. Torres habría construido unas 320 guitarras a lo largo de su carrera, de las que sólo perduran 66. 

Antonio Torres ha tenido una influencia importante en la fabricación de guitarras por varias razones. Alargó el cuerpo de la guitarra al mismo tiempo que mantenía una escotadura bien marcada. También utilizó materiales más ligeros y cajas más finas, de modo que, a pesar de aumentar su tamaño, tales instrumentos no eran más pesados que sus predecesores. También instauró, mediante un proceso empírico, un sistema de medidas y de proporciones para las guitarras basada en un cierta lógica geométrica, que se ha perpetuado hasta nuestros días.

Pero su principal aportación consiste, en el sistema de baretaje. Invisible al ojo profano, tal sistema se elabora con unas varillas de madera colocadas en el interior del instrumento, cuya función consiste en evitar que el instrumento se pliege, al mismo tiempo que conserva una maxima libertad de movimiento.

La función de estas varillas era elemento de refuerzo de la tapa armonica y también tenía funciones de tipo acustico. Utilizó siete varillas : una central y tres a cada lado. Una guitarra construida en 1763 por Francisco Perez, en Cádiz, ya viene equipada con varillas , y no parecen el fruto de una restauracion posterior.

Más adelante, Luthiers como José Benedit y Juan y José Pagés, de Cádiz, o Francisco Sanguino, de Sevilla, mejoraron este principio de las varillas en abanico, del que sin embargo, como hemos dicho anteriormente fue Torres el que fijó los cánones.. Este pensaba en efecto que la caja y las varillas son el punto vital del instrumento. Si hemos de creer a algunos de sus afortunados oyentes, como Domingo Prat, este instrumento tenía un sonido escepcional. Esta misma guitarra aún puede contemplarse en el museo de los instrumentos del Conservatorio de Barcelona, aunque sus pésimas condiciones impiden repetir este histórico experimento.

Torres también fijó finalmente la longitud estándar del diapasón de las guitarras en 650 mm , alargó los trastes y eliminó toda ornamentación inútil. Sus mosaicos de filateria alrededor de la boca y al borde de los aros tenían personalidad propia , su dibujo característico en las rosetas es una linea de espigas amarillas sobre un fondo verde. Estos han pretendido ser imitados por doquier, se han llegado a deshacer guitarras suyas con el afán obsesivo de penetrar en el misterio de su inconfundible sonoridad y timbre; y se han falsificado etiquetas, que figuran en instrumentos que Torres jamás construyo. No es dificil, sin embargo, dado lo extenso de su producción, que pueda aparecer en cualquier rincón del mundo alguna guitarra auténtica, sin catalogar aún.

La información sobre la vida y obra de Antonio de Torres está extraida de textos de: Jose Villar , Chistian Seguret y Francisco Herrera. (la guitarra.net)

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