La elección del portainjerto más adecuado ante las nuevas condiciones climáticas puede determinar en gran medida la productividad, calidad final y rentabilidad del viñedo a largo plazo
Los patrones 161-49 y 110R, complementados con medidas de riego deficitario eficientes, han resultado los más recomendables para producir vinos Monastrell de calidad y con alto potencial nutracéutico
El equipo de riego y fisiología del estrés del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA), perteneciente a la Comunidad Autónoma, ha conseguido determinar qué patrones de la variedad Monastrell se adaptan mejor a las nuevas condiciones climáticas de sequía y altas temperaturas provocadas por el cambio climático.
El estudio, llevado a cabo en Bullas y Cehegín, ha demostrado el claro impacto que la selección del patrón tiene sobre la capacidad de extraer agua del suelo y, en consecuencia, sobre el estado hídrico del viñedo, la fotosíntesis, el vigor, la productividad, y la calidad final de la uva y el vino Monastrell.
En concreto, en la zona edafoclimática de estudio (donde la aplicación de volúmenes de riego deficitario en torno a 800 metros cúbicos por hectárea y año ya son suficientes para producir uva y vino Monastrell de calidad), se han logrado producciones altas tanto para los patrones menos vigorosos (con unos 8.000 kg/ha), como para los más productivos (16.000 kg/ha).
La investigación ha determinado que el uso de los patrones 161-49 y 110R, complementados con medidas de riego eficientes, como el riego deficitario controlado (RDC) y de secado parcial de raíces (PRD), pueden ser los más recomendables para la zona edafoclimática de estudio, a la hora de producir vinos Monastrell de calidad y con alto potencial nutracéutico.
Estos portainjertos, a pesar de no haber obtenido los valores más altos de producción (8000 y 8900 kg/ha) y haber mostrado niveles de estrés hídrico más elevados y menos contenido de clorofilas, nitrógeno y fósforo en las hojas, aumentaron de forma importante la calidad tecnológica de la uva y el contenido polifenólico y nutracéutico de la uva y el vino. Concretamente, el portainjerto 161-49 fue el más ventajoso durante casi todos los años de estudio.
Para conseguir otro tipo de vinos de calidad media con menor potencial fenólico y nutracéutico (aunque con mayor producción y volumen de vino) se recomienda el uso de patrones muy tolerantes a la falta de agua como el 140RU, aplicando también técnicas de riego deficitario controlado (con cantidades de agua muy bajas, cercanas a los 400 metros cúbicos/año), riegos de socorro o, incluso, en condiciones de secano.
A lo largo de la investigación el patrón 140RU se ha establecido como el más productivo de todos los portainjertos estudiados (tanto por el número de racimos por cepa como por el peso del racimo, el peso de la baya y el número de bayas por racimo), así como el más eficiente en el uso del agua (18kg/m3).
A pesar de que otros portainjertos como el 1103P y 41B han alcanzado también producciones elevadas (entre 8.900 y 10.200 kg/ha) y una alta eficiencia productiva (unos 11 kg/m3), este estudio no recomienda su uso en las condiciones edafoclimáticas del ensayo debido a que han presentado una peor calidad tecnológica y fenólica de la uva y el vino, y una reducción generalizada del potencial fenólico de la uva.
Este proyecto de investigación, denominado ‘Aplicación de estrategias de riego deficitario en la variedad Monastrell sobre diferentes portainjertos’, ha sido financiado por el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA).