El gran tesoro musical de la Catedral de Valladolid

El archivo de la Catedral de Valladolid tiene unas diez mil obras musicales, de las cuales el proyecto Unir el Patrimonio Musical (Bridging Musical Heritage) ha iniciado la recuperación del repertorio del Renacimiento y primer Barroco (finales del siglo XVI hasta la mitad del siglo XVII)

El proyecto promueve el intercambio transnacional de música y la recuperación de partituras de música profana y religiosa europea halladas en Coimbra y Valladolid

“Queremos abrir una brecha en los cánones de música antigua contemporánea en donde quepa este tipo de música, que nos representa”. Así de ambiciosa se muestra la profesora de Historia y Ciencias de la Música de la Universidad de Valladolid, Soterraña Aguirre, que lidera el proyecto Unir el Patrimonio Musical (Bridging Musical Heritage), que se ha propuesto la recuperación de música profana y religiosa halladas en Coimbra y Valladolid. Y material no les falta, porque sólo la catedral de Valladolid alberga cerca de diez mil obras musicales, que datan, al menos, desde finales del siglo XIV hasta el siglo XX.

Dado el volumen del material, el proyecto se ha centrado en recuperar el legado que abarca el periodo del Renacimiento al primer Barroco, desde finales del siglo XVI a la primera mitad del siglo XVII, ya que Valladolid cuenta con el mayor fondo de España de este periodo, pero no sólo es repertorio religioso sino que existe un archivo de música profano único en España. “Y este repertorio que se oía en toda Europa en esta época, gran parte del mismo se escuchaba también en América, a través de España.

Además, la cultura española estaba presente en los principales repertorios europeos del periodo “, señala la profesora de la Universidad de Valladolid y coordinadora del proyecto junto a Pablo Estudante, de la Universidad de Coimbra.

“Lo particular de Valladolid es que los maestros de capilla, a partir del siglo XVII, han dejado su propio legado personal, sus bibliotecas musicales. Además, en España se ha perdido la mayoría del repertorio profano, principalmente porque mucho de él se quemó el Palacio Real y tampoco las casas nobles se ocuparon de conservarlo”. 

Pero el proyecto no sólo se propone recuperar este legado musical, sino darlo a conocer y abrir el repertorio a la gente que escucha este tipo de música, ya que tienen una gran calidad y una interpretación excepcional. De hecho, las casi treinta obras recuperadas hasta la fecha, muchas de ellas ya se encuentran en abierto, para que sean utilizadas por todo el mundo. Y ya han recibido peticiones de partituras desde China.

Madrigales y villancicos

“Afortunadamente, ahora hemos limpiado todo el material, metido en cajas, gracias al arzobispado, y estamos en proceso de digitalizarlo y catalogarlo. Son muchas fuentes. No sabemos lo que tenemos en su totalidad, no lo tenemos todo identificado”, cuenta la coordinadora sobre el legado musical vallisoletano. 

¿Y porque hay tanto repertorio musical? A esta pregunta, Soterraña Aguirre responde describiendo cómo trabajaban los maestros de capilla, que eran los grandes compositores de las ciudades que estaban al servicio de la catedral y componían no sólo música religiosa sino lo que la sociedad de la época demandaba. Y tenían que crear muchas cantidades de composiciones, por lo que entre ellos había un intercambio de música. Lo particular de Valladolid es que estos maestros de capilla a partir del siglo XVII han dejado su propio legado personal.

Voz del Cantus, del madrigal Raddoppiandosi in me, de Giulio Fiesco, contenido en el impreso único (que veis) de Madrigali …e quatro dialoghi  (Venecia, 1563) de Giulio Fiesco. 

Entre el repertorio en lengua vernácula se encuentran los madrigales amorosos y los villancicos. Los madrigales son textos poéticos cantados que buscan afectar a las emociones. De origen italiano, fueron las composiciones más experimentales del momento hasta convertirse en moda. Fueron hechos también en castellano por compositores españoles e incluso por italianos, como el caso de Estefano Limido, cuya obra se pudo escuchar en el concierto de Valladolid. 

Los villancicos, sin embargo, son repertorio de actualidad, de consumo más inmediato, que cuenta, por ejemplo, lo que sucedía en ese momento histórico, como la guerra entre España y Portugal. “Los villancicos, que a menudo se representaban, estaban conformados por varias secciones.No sólo se ejecutaban en Navidad tal y como los conocemos ahora. Era música urbana, y se producían para lo que podríamos llamar los grandes conciertos que se representaban dos veces al año en la catedrales del momento. Esos conciertos se celebraban el 24 de diciembre y previo al corpus, aunque también podían darse en otros periodos del año. Era los grandes acontecimientos musicales del año, en los que se imprimían los textos y se repartían entre los fieles asistentes”, explica Soterraña Aguirre. 

La profesora de Historia y Ciencias de la Música de la Universidad de Valladolid, Soterraña Aguirre, que lidera el proyecto Unir el Patrimonio Musical (Bridging Musical Heritage).

En esta época existían los denominados “villancicos de negros”, textos en los que se reflejaba el habla guineano, por lo que se puede decir que son los primeros vestigios del habla de Guinea y de Uganda, lugares de donde procede la mayor parte de los esclavos negros. “Es una mina que estamos empezando a explorar y sobre todo un legado escrito de su idioma que se hablaba en el siglo XVII, aunque son transcripciones fonéticas del habla que escuchaban de estos esclavos”.

Repertorio de mujeres e inglés

Como curiosidad, la profesora de la UVa explica cómo se ha hallado mucha música escrita para mujeres, sobre todo para monjas. Y esto tiene una explicación: “las mujeres que no se casaban, su única alternativa era ingresar en un convento y para ello, o aportabas una dote o sino podías entrar como música, ya que era una actividad muy valorada tanto por su proyección litúrgica como de entretenimiento dentro del convento. Por esta razón, los padres les proporcionaban esta formación que era desempeñada, generalmente, por los maestros de las catedrales que también componían las obras con las que las jóvenes tenían el pasaporte de entrada a la vida religiosa”.

También ha aparecido un grupo de impresos que pertenecen a compositores ingleses católicos, huidos de su país durante su persecución.Música muy bellan, no escuchada en los últimos 400 años, y que representa lo que entonces se oía por estas tierras.  

Catedral de Valladolid. Crédito: Wikipedia.

Valladolid, punto de partida

Valladolid ha sido la ciudad elegida para realizar la premier de los espectáculos, que han puesto en escena el material recuperado. Se celebraron en el Paraninfo de la Universidad de Valladolid (21 de abril) como en el Auditorio Miguel Delibes ( 22 de abril). En el primero, el repertorio interpretado procede de “fuentes impresas únicas europeas, sobre todo, profanas”, que se pudieron oír en lengua vernácula, en español e italiano, gracias a la interpretación de “Los afectos diversos”, un ensemble procedente de Madrid, que actuaron junto a “Obando de Surunyo”, éste último creado en el marco de este proyecto con músicos procedentes s de la Escuela Superior de Música Antigua de Oporto. 

La música que se escuchó corresponde al repertorio que circulaba por Europa, mucha vinculada al Reino de Nápoles, que entonces pertenecía a España hecho por españoles que trabajaban en el virreinato de Nápoles o compositores napolitanos que crearon allí sus obras o estaban en el norte, pero que seguían los usos y formas de Nápoles. Es un repertorio mayoritariamente italiano, pero con vínculos españoles, pero con una forma de ser muy propia que se oía en toda Europa.

“O bando de surunyo” llevó a cabo el segundo concierto, una agrupación vinculada estrechamente con este proyecto y creada con músicos procedentes de la Escuela Superior de Música Antigua de Oporto. Interpretaron villancicos, creaciones que pueden asimilarse formalmente a los oratorios o a las cantatas, recordemos las de Bach, pero estas en castellano, procedentes del Archivo de la Universidad de Coimbra y de la Catedral de Valladolid. 

Edición realizada por María Soterraña Aguirre para el proyecto, para que los intérpretes actuales puedan ejecutarla sin necesidad de conocer la notación antigua, ni la “música ficticia” que necesita.

El siguiente paso será continuar con la recuperación de este legado pero ampliando el repertorio y ya está previsto una misa policoral, a cargo de la Capella Santae Crucis que tiene su centro en el Conservatorio Superior de Lyon (Francia), con el que ya trabajan desde hace tiempo. La actuación será el 24 de febrero de 2024 en el Auditorio Miguel Delibes. La obra se ha recuperado del archivo de de Coimbra, y parte de un romance en español “La zagala más hermosa” y que será grabado en un disco de lujo.

El proyecto consolida las conexiones tejidas de manera constante durante estos diez años entre centros de investigación y práctica histórica de la interpretación 

“Llevamos diez años intercambiando trabajo con la Universidad de Coimbra. Vimos que el archivo musical de la Catedral de Valladolid, que es un fondo excepcional en España, tenía mucha relación con el que conservan en la Biblioteca Universidad de Coimbra, que procede del Monasterio de Santa Cruz (monasterio real)”, explica Soterraña Aguirre cómo fueron los inicios de este proyecto. “Los profesores de la Universidad de Coimbra, liderados por Pablo Estudante, trabajaban en ese archivo y yo en el de Valladolid. Teníamos sensibilidades e intereses parecidos, ya que siempre nos ha preocupado poner en valor esta música y enseñarla a la gente”