A partir de los 40 años el cabello comienza a envejecer y los cambios hormonales de la edad conducen a la pérdida de masa capilar. Este proceso fisiológico hace que el cabello aparezca sin volumen, brillo y vitalidad, unido a la proliferación de canas de un 25% hasta 50-70%.
Los farmacéuticos almerienses han celebrado recientemente una jornada informativa en la que se ha analizado qué aspectos inciden en la aceleración del envejecimiento capilar y cómo se puede retrasar y cuidar tanto el cabello como el cuero en una provincia como la almeriense, en la que las horas de sol, la humedad o el salitre son, junto al estrés o el uso frecuente de determinados compuestos químicos que incluyen algunos productos, los principales enemigos para la salud de nuestro pelo.
Así lo ha explicado Diego Hoyos Plaza, responsable del Departamento de Formación de Laboratorios Phergal y ponente de la jornada que ha sido organizada entre el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Almería y la Fundación HEFAME. “La preocupación por la salud de nuestro pelo es cada vez mayor, ya no es tan solo la piel, porque el pelo es fundamental para la imagen de nuestro rostro. La salud de nuestro pelo nos ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos”.
Para Hoyos, “la buena alimentación, la protección frente al sol y el uso de productos no nocivos para el cabello”, son las claves para conseguir retrasar al máximo el proceso del envejecimiento capilar, que está asociado a la aparición de canas, pérdida del brillo natural, puntas abiertas, progresivo descenso de la densidad capilar o la deshidratación. A esto, además, hay que sumar otros factores que pueden acelerar este proceso como son la genética, en el caso de las mujeres los cambios repentinos como los embarazos o la menopausia, y en el de los hombres, la tendencia a la alopecia.
El ponente explicó como la mujer, dado el frecuente uso que realizada de alisados de cabello a altas temperaturas o el uso de coloraciones, es mucho más sensible al envejecimiento capilar. “Hay tintes y cosméticos que a la larga acarrean muchos problemas porque alguno de sus compuestos a la larga son agresivos para el cuero cabelludo y el cabello, como por ejemplo el amoniaco o los parabenes”.
En este sentido, ya existe en farmacias productos colorantes que no tienen esos componentes y que no solo reducen esta agresión sino que además están acompañados de tratamientos de nutrición para que aumente la fuerza del cabello. “Ya hay líneas de productos colorantes antiedad sin amoniaco y que además se complementan con tratamientos de sérums redensificantes, mascarillas reparadoras, reveladores de color o champús especiales”, concluye Hoyos.