El cambio climático está alterando las condiciones en tierra firme y también en los mares. Estos cambios llevarán a que actividades como la pesca se tengan que desarrollar en unas condiciones diferentes y el sector pesquero tenga que afrontar una adaptación. Pero cuál. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) acaba de iniciar un proyecto con el que facilitará la adaptación de las pesquerías al nuevo escenario climático.
Investigadores del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN-CSIC), de los Centros Oceanográficos de Baleares, Vigo y la sede central en Madrid del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) y del Joint Research Centre (EC-JRC), se han unido en un nuevo proyecto de investigación, denominado FishClim, que tiene como objetivo mejorar el conocimiento científico para facilitar la adaptación del sector pesquero español al cambio climático.
Cómo se va a facilitar la adaptación del sector pesquero al cambio climático
El proyecto se desarrollará hasta noviembre de 2023. En él se estudiará qué impacto tendrá el cambio climático en cinco especies marinas de la costa mediterránea y atlántica debido a la variabilidad de las condiciones ambientales, que puede provocar alteraciones tanto en el tamaño de sus poblaciones como en su distribución espacio-temporal.
“La finalidad es que el sector pesquero sea consciente de estos potenciales cambios, para que puedan implementar las estrategias más adecuadas para adaptarse a ellos, y lograr así una gestión óptima y sostenible de los recursos”, explica Gabriel Navarro (ICMAN-CSIC), investigador principal del proyecto.
Por su parte, la labor de los Centros Oceanográficos de Baleares y Vigo (IEO, CSIC) dentro del proyecto es coordinar la recopilación de datos biológicos y pesqueros y el desarrollo de modelos de las pesquerías para el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, respectivamente.
Las especies y zonas de distribución elegidas como objeto de estudio responden a la relevancia que poseen para el sector pesquero español. En el mar Mediterráneo, se analizarán la merluza (Merluccius merluccius), la gamba roja (Aristeus antennatus) y la gamba blanca (Parapenaeus longirostris). Por otro lado, en el Atlántico, se seleccionarán una especie demersal (habita en el fondo marino) y otra de vida pelágica (reside en aguas medias o próximas a la superficie).
Fases del proyecto
En una primera fase, se analizará y cuantificará la relación entre la variabilidad ambiental y las dinámicas poblacionales y de distribución de estas especies, a partir del análisis de bases de datos climáticos, oceanográficos, biológicos y pesqueros.
Los siguientes pasos se centrarán en obtener información sobre cómo evolucionarán en el futuro las variables ambientales clave que puedan afectar a cada especie, según las últimas predicciones de escenarios climáticos. Se usarán al menos dos escenarios de los definidos por el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas) y se obtendrán datos de más de un modelo climático para realizar proyecciones más robustas y útiles para el asesoramiento.
El objetivo final es integrar la evolución esperada de las condiciones climáticas con los modelos de dinámica poblacional de los stocks pesqueros, para generar proyecciones a futuro del tamaño y distribución de sus poblaciones, así como la accesibilidad de estos recursos a la explotación pesquera.
En una última fase del proyecto, esas proyecciones en base al cambio climático se analizarán de forma conjunta con el sector y la administración pesquera. Las estrategias a evaluar serán definidas por los distintos actores (gestores, pescadores y científicos), de tal forma que la información que se obtenga sea lo más útil posible para que el sector pesquero pueda enfrentarse y adaptarse a los cambios futuros en su actividad.