El CSIC analiza las aguas subterráneas afectadas por la DANA de Valencia

Un equipo integrado por personal del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC), el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), la Estación Experimental del Zaidín (EEZ-CSIC) y el Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE, CSIC-UV-GVA) ha comenzado los trabajos de análisis de las aguas subterráneas en la zona afectada por la DANA de Valencia.

Investigadores del IDAEA-CSIC toman muestras de agua en canales de riego de la zona afectada por la DANA de Valencia. / Alejandro Muñoz – IDAEA-CSIC .

Las graves inundaciones del pasado octubre provocaron el deterioro o destrucción de edificios urbanos e instalaciones industriales que albergaban componentes y sustancias contaminantes, tales como aparatos electrónicos, vehículos, hidrocarburos, aceites, productos fitosanitarios y disruptores endocrinos derivados de medicamentos. Todas estas sustancias podrían haber sido arrastradas por el agua e infiltradas en los acuíferos. El análisis preliminar de la situación apunta a que las aguas subterráneas podrían haber quedado afectadas tanto en su hidrodinámica como en su calidad.

Qué se va a estudiar en las aguas subterráneas de la zona de la DANA

“El objetivo es determinar qué tipo de contaminantes pueden haber llegado. No lo sabemos, pero podría haber desde ácido de baterías de coches, contaminantes de origen industrial o compuestos farmacéuticos. Por eso tomamos diferentes tipos de muestras, para analizar la presencia de un amplio espectro de contaminantes en las aguas subterráneas”, explica Estanislao Pujades, investigador del IDAEA-CSIC.

El equipo del CSIC ha tomado más de una veintena de muestras de agua en pozos, fuentes y canales, en la zona más intensamente afectada por la DANA, y también en el entorno cercano al Parque Natural de la Albufera. Los análisis incluyen la determinación de la presencia de plaguicidas, PFAS, retardantes de llama, fármacos, metales y compuestos volátiles y productos de cuidado personal.

“Con estos análisis pretendemos establecer una línea base con la que comparar la evolución en el tiempo de las concentraciones de estos contaminantes en el Parque Natural de La Albufera”, explica Julián Campo, investigador del Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE, CSIC-UV-GVA).

Dada la magnitud de la catástrofe y el elevado volumen de lodos y residuos, el proyecto del CSIC también estudiará la repercusión que, sobre la calidad de las aguas subterráneas, han tenido las zonas elegidas para su acumulación y procesamiento. En esta última fase, el análisis del impacto real permitirá el diseño de recomendaciones y protocolos de actuación para minimizar sus efectos sobre los recursos hídricos subterráneos, con la finalidad de que puedan ser incorporadas a futuros eventos de riadas e inundaciones.

Esta es la primera campaña de muestreos del proyecto, que prevé repetirse cada dos meses. Los trabajos han sido coordinados con el Grupo de Asesoramiento en Desastres y Emergencias (GADE) del CSIC.

Respuesta del CSIC a la DANA en Valencia

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), organismo dependiente del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, activó el 30 de octubre el Grupo de Asesoramiento en Desastres y Emergencias (GADE) de la institución para ofrecer y prestar asesoramiento técnico y científico en las labores de respuesta y reconstrucción tras la DANA que afectó a la provincia de Valencia el 29 de octubre, a través de la creación de distintos grupos de expertos en materias relacionadas con la emergencia provocada por la riada.

Desde entonces, el CSIC ha movilizado a más de 150 personas de una treintena de centros e institutos (de los 124 que están integrados en la institución) organizados en 15 grupos (inundaciones, movimientos del terreno, aguas, riesgos sanitarios, riesgos sociales, gestión de residuos, afección marina, infraestructuras, sistemas de información geográfica, teledetección, hidrogeología y contaminación, entre otros).

Los trabajos desempeñados por el personal técnico e investigador del CSIC consisten tanto en el asesoramiento científico estricto (recomendaciones, análisis) como trabajo operativo sobre el terreno. Todas estas tareas se han sufragado con fondos propios de la institución científica.