El Congo es un país grande, seis veces más que Francia, repleto de riquezas naturales, como oro, petróleo, diamantes, cobalto, uranio,… El Banco Mundial ha estimado que existen más de 1.000 sustancias minerales en el país, muchas de ellas aún sin explotar. La otra cara es una población que vive con menos de un dólar al día. ¿Cómo puede darse esta situación? “La relación entre guerra y explotación minera es clara y es algo aceptado por los organismos internacionales”, ha asegurado Ferdinand Muhigirwa, Director del Centro de Estudios para la Acción Social, CEAS, entidad de carácter católico, (el 50% de la población del Congo lo es), que tiene como objetivos investigar sobre la realidad del Congo y contribuir a cambiar la situación de extrema pobreza de sus habitantes.
Esta entidad, que ha sido invitada por la ONG“Entreculturas” para ofrecer una conferencia en la Universidad de Almería, hapublicado informes sobre los contratos del gobierno congoleño con las empresasmultinacionales de extracción de minerales, en un momento en el que se estánrevisando o anulando estos convenios firmados durante la dictadura de Mobutu yen el periodo que Muhigirwa ha definido como la “primera guerra mundialafricana”.
“Ahora somos una democracia joven, en 2006tuvimos las primeras elecciones, y nosotros estamos apoyando al gobierno paraun cambio en la relación con las empresas extractoras”. Y continúa Muhigirwa,“de los 61 convenios con estas empresas 29 están para revisarse y el resto soncontratos a suprimir”.
“¿Qué pedimos a las empresas? Responsabilidadsocial, económica y ambiental”, afirma el director del CEAS, “carreteras,escuelas, centros sociales, respeto al medio ambiente, desarrollo de lapoblación local”. Además de esta labor de investigación, el CEAS está manteniendoreuniones con el gobierno congoleño para que el destino del dinero procedentede las empresas extranjeras sea transparente y revierta en mejoras para lapoblación de este rico país.