Junto al caucho, los neumáticos contienen una innumerable cantidad de componentes químicos responsables de que esta parte crítica de los vehículos cumplan su función, ofrezcan las condiciones de seguridad adecuadas y no se degraden de forma prematura. Sin embargo, algunos de estos compuestos son peligrosos para el medio ambiente y la salud, tal y como ha comprobado un equipo del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC) y del Instituto Químico de Sarriá (IQS), que ha descrito efectos negativos en el sistema nervioso del pez cebra y que también podrían estar afectando a las personas.
El trabajo, publicado en Science of The Total Environment, ha observado que, tras exponer las larvas de pez cebra a concentraciones de compuestos de neumáticos encontradas habitualmente en el medio ambiente, éstas sufrieron alteraciones en su comportamiento, en sus ritmos circadianos y un aumento de la frecuencia cardíaca, lo que comprometía la viabilidad y supervivencia de estos organismos.
Qué compuestos químicos de los neumáticos afectan al sistema nervioso del pez cebra y también podrían afectar a las personas
El componente químico de los neumáticos que daña el sistema nervioso del pez cebra y que también podría tener efectos negativos sobre las personas es el 6PPD-quinona, un antioxidante empleado para evitar el endurecimiento y el agrietamiento del neumático, liberado al medio ambiente con el desgaste de la cubierta.
La 6PPD-quinona, al desprenderse del neumático, se acumula en grandes cantidades en las carreteras. “Las lluvias arrastran este compuesto, lo que contamina el agua circundante. Cuando comienza a llover, el agua está más contaminada, ya que arrastra la mayoría de la 6PPD-quinona acumulada en la carretera. Tras las primeras 24 horas, disminuye sustancialmente los niveles de este contaminante”, aclara Nicola Montemurro, investigador del CSIC en el IDAEA. “Nuestro estudio es el primero que analiza los efectos neurotóxicos de este compuesto en condiciones realistas”.
Los investigadores han analizado las larvas de peces cebra expuestas a tres concentraciones diferentes de 6PPD-quinona (20 ng/L, 200 ng/L y 2000 ng/L) durante 24 horas, simulando, así, la exposición a la que podría encontrarse en el medio ambiente.
Qué se ha observado en las larvas de pez cebra expuestas a este componente químico de los neumáticos
“En los análisis de concentraciones más bajas, hemos visto alteraciones en su comportamiento y en su capacidad de habituación; esto quiere decir que el pez cebra disminuye su capacidad de reacción al movimiento del agua, normalmente asociado a ataques de depredadores, por lo que aumenta su riesgo de depredación”, explica Marina Ricarte, investigadora del IQS y primera autora del estudio. “Por el contrario, en las exposiciones más altas de este contaminante, a 2000 ng/L, vimos, además, un cambio en los ritmos circadianos de las larvas, con un aumento en las horas de sueño”.
El problema, según indican los investigadores, es que estos compuestos pueden viajar por el aire y contaminar, así, lugares alejados de carreteras y autopistas. Además, el neumático reciclado es un material que se usa en parques infantiles, suponiendo un riesgo de exposición temprana a este aditivo.
Dónde se encuentra también este compuesto empleado en los neumáticos
El 6PPD-quinona también se encuentra en ollas a presión, cintas transportadoras, mangueras y cables. Este compuesto es el causante de la mortandad del salmón del Pacífico en Canadá, un fenómeno que se ha estado estudiando durante 20 años y que, según un estudio del año 2020 publicado en la revista Science, se demostró ser letal para algunas especies de salmónidos.
El presente trabajo liderado por el investigador del CSIC en el IDAEA Demetrio Raldúa, quería abordar cómo este compuesto podría tener efectos negativos incluso para especies presuntamente tolerantes, como el pez cebra. “Los criterios de evaluación de riesgo ambiental son menos exigentes que para la salud humana. Un compuesto se considera tóxico en el medioambiente si mata un organismo, si afecta al crecimiento de su población o si existen problemas reproductivos. En este estudio, nos hemos centrado en analizar efectos del 6PPD-quinona que, aunque subletales bajo condiciones de laboratorio, pueden ser letales en la naturaleza”, explica Raldúa. Además, la colaboración con el grupo de investigación de Cristian Gómez (IQS) ha permitido evaluar los cambios en el sistema de neurotransmisores de las larvas de pez cebra y así tener una información más completa de los efectos neurotóxicos del 6PPD-quinona.
El equipo investigador señala la necesidad de seguir estudiando los efectos neurotóxicos que puede tener este compuesto derivado de los neumáticos en especies que se creen tolerantes y que podrían poner en peligro estos organismos.