El investigador postdoctoral de la Universidad de Valladolid, Tomasz Pieciak, analiza cómo evoluciona con la edad un biomarcador novedoso que se obtiene a partir de resonancia magnética cerebral. Concretamente, ha caracterizado la relación que existe entre este biomarcador y la cantidad de agua libre que se encuentra a nivel microscópico en el tejido cerebral, y la edad. Esta combinación ayuda a determinar si hay alguna patología.
En un artículo publicado en la revista Neuroimagen , realizado en colaboración con las Universidades de Oslo y Ciencias Aplicadas de Noruega Occidental en Bergen, y del Hospital Clínico de Oslo, analiza una gran base de datos de individuos adultos sanos y con patologías neuropatológicas, de entre 29 a 94 años.
Por qué el agua ayuda a conocer si ese está ante un envejecimiento sano
“Normalmente la estructura de ciertas partes del cerebro está esencialmente formada por conexiones axonales que conectan como si fueran cables unas neuronas con otras, y que están recubiertas de una capa que se llama mielina, de forma que el agua que hay queda hasta cierto punto `confinada´ dentro y se difunde preferentemente en la misma dirección que estos axones. Esta capa de mielina se puede deteriorar por diferentes factores, y cuando esto pasa la difusión del agua crece en direcciones perpendiculares a las que va esa fibra.
«Aquí radica la importancia de esta investigación: el potencial de este biomarcador para detectar cambios en el comportamiento del agua en el cerebro cuando hay patologías”, explica el investigador y profesor de la ETSI de Telecomunicación, Rodrigo de Luis, coautor de esta investigación.
“Tenemos que explorar hasta qué punto este biomarcador es sensible a patologías, pero hay razones para pensar que va a ser sensible a situaciones en las que la neuroinflamación es importante, para conocer la evolución de una enfermedad o la respuesta a un tratamiento. Por ejemplo, esto nos puede ayudar a saber mejor qué pasa en el cerebro de personas con cefalea post-covid (síndrome de covid persistente).
En principio es posible desarrollar trayectorias normativas de un colectivo, y después comparar con ellas el comportamiento de este biomarcador en un individuo. Aplicando esta herramienta en personas con una patología diagnosticada, esperamos predecir cómo va a evolucionar la enfermedad o cómo va a ir un tratamiento. Es algo similar a los percentiles de peso y talla marcados para determinar la evolución de los niños, según su edad”, concluye.
Natural de Tarnów (Polonia), Tomasz Pieciak llegó a la Universidad de Valladolid en octubre de 2022, donde trabaja en algoritmos para la reconstrucción y análisis de imágenes de resonancia magnética, métodos de inteligencia artificial y cálculos a gran escala.
Es el autor principal de este estudio en el que han participado también otros miembros del Laboratorio de Procesado de Imagen, como Guillén París, Antonio Tristán-Vega, Rodrigo de Luis y Santiago Aja.